La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha lanzado una advertencia contundente sobre el futuro del mercado laboral en España, señalando que el envejecimiento de la población podría llevar a una crisis significativa en la fuerza laboral del país. Este fenómeno no solo afecta la tasa de empleo, sino que también plantea serios riesgos para la productividad y la economía nacional en su conjunto. Actualmente, se estima que uno de cada dos trabajadores en España tiene más de 45 años, mientras que solo un 10% es menor de 30. Esta situación plantea un desafío considerable para el relevo generacional en el mercado laboral.
### Envejecimiento de la Población y sus Consecuencias
Las proyecciones demográficas para el año 2060 son alarmantes. Se prevé que la población en edad de trabajar se reduzca en un 30%, lo que podría comprometer gravemente la capacidad del país para mantener su economía a flote. La OCDE ha enfatizado que, si no se toman medidas para movilizar a los trabajadores mayores y fomentar la inmigración regular, España podría enfrentar una recesión inminente. En este contexto, el informe ‘Perspectivas del empleo de la OCDE 2025’ destaca la necesidad de fomentar la participación de los trabajadores mayores que se encuentren en buen estado de salud.
La edad media de jubilación en España es actualmente de 65,2 años, lo que está por debajo de los 66,8 años establecidos por ley para 2025. Esta discrepancia indica que hay un potencial significativo de trabajadores que podrían seguir contribuyendo a la economía si se implementan políticas adecuadas. La OCDE advierte que, sin movilizar estos recursos laborales infrautilizados, el PIB per cápita podría aumentar solo un 0,13% anual hasta 2060, en comparación con el 0,53% registrado entre 2006 y 2019.
El fenómeno del «invierno demográfico» es un problema global que se manifiesta en España de manera aguda. La combinación de una mayor esperanza de vida, a menudo acompañada de problemas de salud, y una caída prolongada de la tasa de natalidad, ha llevado a una situación en la que el número de personas mayores por cada trabajador en edad de trabajar aumentará de 0,34 en 2023 a 0,75 en 2060. Esta tendencia no solo afecta la estructura demográfica del país, sino que también plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones y la capacidad del mercado laboral para adaptarse a estos cambios.
### Medidas Propuestas para la Reactivación Laboral
Ante este panorama desalentador, la OCDE ha instado a España a implementar medidas urgentes para evitar el deterioro del mercado laboral. A pesar de que el país ha mostrado señales de recuperación, todavía enfrenta la tasa de desempleo más alta de la OCDE, que es más del doble de la media. Sin embargo, se prevé que la tasa de paro disminuya al 10,7% para finales de 2025 y al 10,1% en 2026, gracias a una sólida demanda interna, aunque esta mejora está amenazada por el desafío demográfico.
Una de las iniciativas que el Gobierno español está considerando es un plan para incentivar el regreso de personas jubiladas al mercado laboral. Este programa, que ha sido rebautizado como «reversible», busca permitir que los jubilados puedan reincorporarse a la vida laboral sin perder su pensión. En una reciente mesa de diálogo social sobre pensiones, se presentó una propuesta para reformar el modelo de jubilación flexible, ampliando el rango de jornada parcial permitida entre el 40% y el 80%, a cambio de un complemento en la pensión que oscilaría entre el 10% y el 20%.
Este enfoque permitiría a los trabajadores por cuenta ajena que ya se han jubilado compatibilizar el cobro de su pensión con un empleo a tiempo parcial. La idea es que, al reincorporarse al mercado laboral, estos trabajadores puedan aportar su experiencia y conocimientos, al tiempo que se mitiga el impacto del envejecimiento de la población en la economía.
Sin embargo, el contexto salarial en España también plantea desafíos. A pesar de que los salarios nominales han aumentado en los últimos años, los salarios reales aún no han logrado recuperarse a los niveles previos a la pandemia. En el primer trimestre de 2025, los salarios reales seguían un 4,2% por debajo del nivel registrado en el mismo periodo de 2021. Esta situación coloca a España en una posición desfavorable en comparación con otras economías de la OCDE, donde los salarios reales han mostrado un crecimiento más robusto.
A pesar de estos desafíos, los trabajadores con ingresos más bajos han estado relativamente protegidos frente al impacto de la inflación post-pandemia. En abril de 2025, el salario mínimo en términos reales había aumentado un 3,1% respecto a enero de 2021, aunque este crecimiento es inferior al promedio de la OCDE. El salario mínimo en España, que es fijado anualmente por el Gobierno tras consultas con sindicatos y organizaciones empresariales, sigue representando más del 60% del salario mediano neto, lo que refleja la importancia de este indicador en la economía laboral del país.
La situación del mercado laboral en España es compleja y multifacética. Con un envejecimiento de la población que plantea serios desafíos, es fundamental que se implementen políticas efectivas para movilizar a los trabajadores mayores y fomentar la inmigración regular. Además, es crucial abordar la cuestión de los salarios y asegurar que todos los trabajadores, independientemente de su edad o situación laboral, puedan beneficiarse de un entorno económico en crecimiento. La capacidad de España para adaptarse a estos cambios determinará no solo la salud de su economía, sino también la calidad de vida de sus ciudadanos en las próximas décadas.