La reciente propuesta del Ayuntamiento de Motril de declarar la ciudad como Zona de Gran Afluencia Turística (ZGAT) ha generado un intenso debate entre los representantes de los trabajadores y los comerciantes locales. Esta medida, que entrará en vigor el 21 de julio, ha sido criticada por organizaciones como CCOO e Izquierda Unida, quienes argumentan que la liberalización de los horarios comerciales perjudicará gravemente al pequeño comercio y a los trabajadores del sector.
### Impacto de la ZGAT en el Comercio Local
La solicitud del consistorio motrileño busca permitir la apertura de comercios durante más días y horarios, lo que, según CCOO, podría llevar a una «destrucción del empleo» y a un empeoramiento de las condiciones laborales. Los representantes de CCOO han solicitado la retirada de esta propuesta, argumentando que la liberalización de horarios no se justifica con datos que demuestren un impacto positivo en la creación de empleo o en el aumento de ventas. En lugar de ello, se han utilizado cifras de pernoctaciones en la Costa Tropical sin un análisis adecuado por municipios.
La preocupación principal radica en que, al aumentar los días y horarios de apertura, los pequeños comercios no podrán competir en igualdad de condiciones con las grandes cadenas, que cuentan con más recursos y capacidad para operar en horarios extendidos. Esto podría llevar a la desaparición de muchos negocios locales, que son fundamentales para la economía y la vida social de Motril.
### Respuesta de Izquierda Unida y la Comunidad Local
Izquierda Unida ha expresado su firme oposición a la medida, argumentando que la liberalización de horarios comerciales solo beneficiará a las grandes superficies, mientras que los pequeños comercios del centro de la ciudad se verán gravemente afectados. La formación política ha señalado que esta decisión podría ser el «golpe definitivo» para muchos negocios tradicionales, que ya enfrentan dificultades para mantenerse a flote en un mercado cada vez más competitivo.
Desde IU, se ha hecho un llamado a la creación de un modelo comercial que priorice la protección y el fomento del comercio local, en lugar de implementar medidas que, bajo la apariencia de impulsar el turismo, terminan debilitando el tejido económico de la ciudad. La propuesta de ZGAT se ha presentado como una forma de atraer más turistas, pero los detractores argumentan que el verdadero impacto será la erosión del comercio de proximidad, que es vital para la identidad y la economía de Motril.
La comunidad local ha comenzado a organizarse en torno a esta problemática, con reuniones y acciones conjuntas para defender sus intereses. La preocupación por el futuro del pequeño comercio ha llevado a muchos a cuestionar la dirección que está tomando la política económica del municipio y a exigir un enfoque más equilibrado que considere las necesidades de todos los actores involucrados.
La situación en Motril es un reflejo de un debate más amplio que se está llevando a cabo en muchas ciudades de España, donde la presión por atraer turismo a menudo choca con la necesidad de proteger el comercio local y las condiciones laborales de sus trabajadores. La lucha por un modelo comercial sostenible y justo es más relevante que nunca, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para el futuro de Motril y su comunidad.
En este contexto, es fundamental que tanto el Ayuntamiento como los ciudadanos se involucren en un diálogo constructivo que permita encontrar soluciones que beneficien a todos. La defensa del pequeño comercio no solo es una cuestión económica, sino también una cuestión de identidad y cohesión social, que merece ser considerada en la toma de decisiones políticas.