Robert D. Kaplan, un destacado periodista y analista geopolítico, ha captado la atención mundial con su reciente publicación, «Tierra baldía: un mundo en crisis permanente». En este libro, Kaplan explora los desafíos que enfrenta el mundo contemporáneo, haciendo paralelismos con la República de Weimar y el ascenso del Tercer Reich. En una entrevista reciente, Kaplan compartió sus perspectivas sobre la inestabilidad global, la tecnología y el futuro de las relaciones internacionales.
La Volatilidad Global y la Tecnología
Kaplan sostiene que el mundo actual es más pequeño y claustrofóbico que nunca, lo que intensifica la acumulación de crisis. La conectividad tecnológica, aunque beneficiosa para los mercados financieros y la vida intelectual, ha complicado la geopolítica. Según él, una crisis en un rincón del mundo puede tener repercusiones inmediatas en otro, lo que genera un estado de constante agitación. «Siempre estamos discutiendo sobre algo y así seguiremos», afirma Kaplan, reflejando su pesimismo sobre el futuro.
El papel de la inteligencia artificial (IA) es crucial en este contexto. Kaplan argumenta que la IA tiende a favorecer a las autocracias, creando una sociedad más vertical y desigual. Esta tecnología ofrece a los gobernantes herramientas para espiar y controlar a sus ciudadanos, lo que podría llevar a un aumento del autoritarismo. «La IA no necesariamente debe conducir a que aparezcan gobernantes más autocráticos, pero sí a una sociedad más autocrática», explica Kaplan, resaltando las implicaciones de esta tecnología en la gobernanza global.
La Rivalidad entre EE.UU. y China
Uno de los temas centrales de la conversación fue la rivalidad entre Estados Unidos y China. Kaplan considera que esta competencia es la última fase de la geopolítica tradicional y que, a pesar de las tensiones, el miedo a una catástrofe financiera mundial actúa como un freno para un conflicto armado directo. «Hay mucho más en juego ahora mismo en Asia que en Oriente Medio o Ucrania», señala, enfatizando la interconexión de las economías globales.
En cuanto a la administración de Donald Trump, Kaplan observa que el expresidente ha cambiado su enfoque en su segundo mandato. A diferencia de su primer período, donde la falta de experiencia lo llevó a la frustración, ahora parece más decidido y vengativo. Sin embargo, Kaplan también destaca que Trump carece de una visión coherente en política exterior, lo que lo aleja de ser considerado un líder autoritario. «No es lo suficientemente serio como para ser un fascista», dice Kaplan, sugiriendo que la falta de un plan claro y la incapacidad de atención de Trump lo limitan en su capacidad para abordar problemas complejos como la guerra en Ucrania.
El Futuro de Irán y la Relevancia de Europa
Kaplan también aborda la situación en Irán, donde se muestra optimista a pesar de los recientes conflictos. Asegura que el régimen de los ayatolás no se mantendrá indefinidamente y que la evolución del país será compleja. «Irán evolucionará por sí mismo de maneras enrevesadas», predice, sugiriendo que el cambio podría ser más gradual de lo que muchos esperan.
En cuanto a Europa, Kaplan considera que no es irrelevante, sino más bien marginal en el contexto global actual. La dependencia de Europa de la defensa estadounidense ha permitido que el continente se enfoque en cuestiones de derecho internacional, mientras que otras regiones del mundo enfrentan desafíos más inmediatos y violentos. Esta dinámica ha llevado a una percepción de Europa como un actor menos significativo en la geopolítica contemporánea.
La percepción del Gobierno español en el exterior también fue un tema de discusión. Kaplan argumenta que, debido a su ubicación geográfica, España está más centrada en la inmigración que en conflictos como el de Ucrania. Sin embargo, advierte que formar parte de alianzas como la OTAN implica compromisos serios, y la falta de disposición para asumir esos sacrificios puede llevar a una percepción de autoindulgencia.
Finalmente, Kaplan se muestra escéptico sobre la posibilidad de que China supere a Estados Unidos como la primera potencia mundial. Asegura que la situación política interna de China es más inestable de lo que se percibe y que, en el futuro, el país podría enfrentar desafíos significativos que cambiarían su posición en el escenario global. «Creo que hay más lucha y debate dentro de China de lo que somos conscientes», concluye Kaplan, dejando entrever un futuro incierto para la nación asiática.
Las reflexiones de Robert D. Kaplan ofrecen una visión profunda y provocativa sobre el estado actual del mundo y los desafíos que se avecinan. Su análisis destaca la complejidad de las relaciones internacionales y la necesidad de una comprensión más matizada de los factores que influyen en la geopolítica moderna.