Cantabria, un rincón del norte de España, es conocido por su impresionante belleza natural, que combina montañas, valles y un mar Cantábrico que invita a la exploración. Sin embargo, más allá de las rutas turísticas habituales, existen lugares mágicos que aún conservan su esencia auténtica y que son perfectos para aquellos que buscan experiencias únicas. A continuación, te presentamos tres destinos que no solo son impresionantes, sino que también escapan del turismo masivo, ofreciendo una conexión más profunda con la naturaleza y la cultura cántabra.
### Faro del Caballo: Un Tesoro entre Acantilados
El Faro del Caballo, situado en el monte Buciero, en Santoña, es sin duda una de las joyas más escondidas de Cantabria. Para llegar a este faro, los visitantes deben descender 763 escalones tallados en la roca, un esfuerzo que se ve ampliamente recompensado por la vista espectacular del faro solitario, que se alza contra el azul profundo del mar. Este lugar no solo es un faro, sino una experiencia que invita a la reflexión y al asombro.
Desde el verano de 2024, el acceso al Faro del Caballo ha sido regulado para preservar su belleza natural y evitar la masificación. Solo se puede visitar con reserva previa gratuita, lo que garantiza que quienes lleguen allí puedan disfrutar de un entorno más tranquilo y menos concurrido. Este faro es un lugar donde el silencio se siente poderoso, y muchos visitantes describen la experiencia como casi mística. Con la posibilidad de un baño en aguas cristalinas, el Faro del Caballo se convierte en un destino que transforma la percepción de la costa cántabra.
### La Picota de Piélagos: Vistas Espectaculares al Alcance de Todos
En contraste con el esfuerzo físico que implica llegar al Faro del Caballo, La Picota, ubicada en el municipio de Piélagos, ofrece un acceso mucho más sencillo y, sin embargo, no menos espectacular. Con una altitud de solo 240 metros, la cima de La Picota se puede alcanzar en aproximadamente 20 minutos desde el pueblo de Mortera, lo que lo convierte en un plan ideal para familias y caminantes de todos los niveles.
Desde la cima, los visitantes son recompensados con vistas impresionantes de la Ría de Mogro, el Parque Natural de las Dunas de Liencres y el rugido del mar Cantábrico al fondo. Además de su belleza natural, La Picota también guarda vestigios históricos, como búnkeres y torres de vigilancia de la Guerra Civil, que añaden un valor cultural a la experiencia. Este mirador es un lugar perfecto para disfrutar de un atardecer, capturar fotografías memorables y conectar con la historia de la región.
### Valles Pasiegos: La Autenticidad de la Vida Rural
Si el mar y las montañas son impresionantes, los Valles Pasiegos representan el alma rural de Cantabria. Esta comarca es un refugio de praderas verdes, casas de piedra y aldeas que parecen haberse detenido en el tiempo. Aquí, la vida sigue un ritmo diferente, donde la tradición y el pastoreo son parte del día a día. Los pueblos de Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera son ejemplos perfectos de esta autenticidad.
Los Valles Pasiegos son conocidos por su gastronomía, que incluye delicias como el sobao pasiego y la quesada, productos que reflejan la rica cultura de la región. Además, los visitantes pueden explorar museos etnográficos, ermitas rurales y senderos que serpentean a través de bosques húmedos, ofreciendo una inmersión auténtica en la vida rural cántabra. La carretera CA-633, que atraviesa estos valles, es un regalo visual en sí misma, con paisajes que invitan a detenerse y disfrutar del momento.
### Un Alojamiento de Ensueño: Parador de Limpias
Para completar esta experiencia única en Cantabria, no hay mejor manera que pasar una noche en el Parador de Limpias. Este antiguo palacio, que fue residencia estival del rey Alfonso XIII, se encuentra junto a la ría del Asón, en un entorno donde la naturaleza y la historia se entrelazan. Sus jardines, su cocina basada en productos locales y su ambiente señorial hacen de este lugar un refugio perfecto para descansar después de un día de exploración.
El Parador ofrece una experiencia que combina lujo y autenticidad, permitiendo a los visitantes disfrutar de la rica gastronomía cántabra, desde el cocido montañés hasta las famosas anchoas de Santoña. Las habitaciones elegantes y el entorno histórico convierten cualquier estancia en una experiencia memorable.
El Faro del Caballo, La Picota y los Valles Pasiegos son más que simples destinos turísticos; son lugares que invitan a sentir y experimentar la esencia de Cantabria. Para aquellos que buscan escapar del turismo masivo y sumergirse en la belleza natural y cultural de esta región, estos tres lugares son una puerta abierta a un verano inolvidable.