En el contexto actual de la OTAN, donde se discuten aumentos significativos en el gasto en defensa, Eslovenia ha tomado una postura que resuena con la de España, liderada por Pedro Sánchez. El primer ministro esloveno, Robert Golob, ha manifestado que su país no se siente obligado a cumplir con el acuerdo de la OTAN que propone un gasto del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa, argumentando que dicho acuerdo no es vinculante.
Golob, en una reciente entrevista con la televisión estatal, destacó que Eslovenia tiene como objetivo alcanzar un gasto del 2% de su PIB este año, y un 3% para 2030. Actualmente, el país se encuentra en torno al 1,5% de su PIB en gastos de defensa. Esta postura se alinea con la de Sánchez, quien también ha expresado reservas sobre el aumento del gasto militar propuesto por la OTAN.
El primer ministro esloveno subrayó que la OTAN opera por consenso y que las decisiones tomadas en las cumbres no son legalmente vinculantes. Esto significa que, aunque otros países puedan presionar para alcanzar el 5%, Eslovenia no se siente obligada a seguir esa senda a menos que su parlamento lo decida. Golob describió la reciente cumbre de la OTAN como «tormentosa» en ciertos momentos, lo que refleja las tensiones existentes entre los miembros de la alianza sobre este tema.
Además, Golob mencionó que Eslovenia se comprometió a no oponerse al comunicado final de la cumbre y a revisar el incremento del gasto por país en 2029. Este enfoque sugiere que Eslovenia está dispuesta a colaborar dentro de la OTAN, pero sin comprometer sus propios objetivos de gasto en defensa.
El primer ministro también hizo hincapié en que los objetivos de Eslovenia son más modestos que los de España. Mientras que el gobierno español estima que debe llegar al 2,1% del PIB en defensa, Eslovenia considera que un 2% es suficiente para cumplir con sus metas. Golob argumentó que el salto del 3% al 5% en el gasto en defensa debería depender de lo que él denomina «proyectos civiles», sugiriendo que una parte del gasto en defensa debería destinarse a iniciativas como la protección civil y la lucha contra el cambio climático, en lugar de centrarse únicamente en armamento.
Esta postura de Eslovenia podría abrir la puerta a un debate más amplio dentro de la OTAN sobre la naturaleza del gasto en defensa y cómo se distribuyen esos fondos. La idea de que el gasto en defensa no debe limitarse a cuestiones militares estrictas podría resonar con otros países que también buscan equilibrar sus necesidades de seguridad con otras prioridades sociales y ambientales.
La declaración de Golob también podría ser vista como un intento de fortalecer la posición de Eslovenia en el contexto de la OTAN, mostrando que su país tiene una voz y una agenda propias en las discusiones sobre defensa. A medida que la OTAN continúa enfrentando desafíos globales y presiones internas, la postura de Eslovenia podría ser un indicativo de un cambio en la dinámica de la alianza, donde los países buscan más autonomía en sus decisiones de defensa.
En resumen, la postura de Eslovenia sobre el gasto en defensa refleja una tendencia más amplia entre algunos miembros de la OTAN que cuestionan la necesidad de seguir ciegamente las directrices de la alianza. Con líderes como Golob y Sánchez, que abogan por un enfoque más equilibrado y menos militarista, el futuro de la política de defensa en Europa podría estar en una encrucijada, donde se priorizan no solo los intereses militares, sino también las necesidades sociales y ambientales de los países miembros.