La situación en Gaza se complica aún más tras la reciente propuesta de alto el fuego presentada por Estados Unidos. Aunque Hamás ha mostrado disposición para aceptar esta oferta, Israel ha decidido rechazarla, lo que pone en duda la posibilidad de una tregua duradera en la región.
La propuesta, elaborada por el enviado especial estadounidense Steve Witkoff, contemplaba un alto el fuego de 70 días a cambio de la liberación de 10 rehenes israelíes que están en manos de Hamás. Además, se incluía la liberación de prisioneros palestinos por parte de Israel, muchos de los cuales cumplen largas condenas. Esta oferta fue transmitida a Hamás a través de mediadores, y se esperaba que pudiera ser un paso hacia la paz.
Desde la perspectiva israelí, la negativa a aceptar la propuesta se basa en la creencia de que Hamás no tiene un interés genuino en avanzar hacia un acuerdo. Un funcionario israelí argumentó que el grupo islamista no está comprometido con la paz y que Israel se aferra a un marco de negociación más sólido.
La propuesta de alto el fuego ha sido objeto de discusión durante semanas, y aunque Hamás ha indicado su disposición a liberar a los rehenes, también ha exigido condiciones que Israel considera inaceptables. Según fuentes palestinas, Hamás estaba dispuesto a liberar a los rehenes en dos tandas, con la primera liberación ocurriendo el primer día del acuerdo y la segunda una semana después, coincidiendo con la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.
Sin embargo, Israel ha mantenido su postura de que solo aceptaría un alto el fuego temporal, condicionado a la liberación de los rehenes y a la eliminación de la amenaza que representa Hamás. Esta situación refleja la complejidad del conflicto, donde las negociaciones se ven obstaculizadas por desconfianzas mutuas y demandas contradictorias.
Los esfuerzos de mediación por parte de Egipto y Catar continúan, pero las diferencias entre las partes siguen siendo significativas. Este es el tercer intento de alcanzar un alto el fuego desde que comenzaron las hostilidades, y los resultados de los intentos anteriores han sido decepcionantes. La primera tregua, que tuvo lugar en noviembre de 2023, duró solo una semana, mientras que la segunda, iniciada en enero de 2024, no alcanzó los dos meses. Ambas treguas fueron rotas unilateralmente por Israel.
Hamás ha manifestado su disposición a liberar a todos los rehenes capturados durante el conflicto, pero ha condicionado esto a la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza. Por su parte, Israel ha dejado claro que su objetivo es la erradicación de Hamás como condición para poner fin a la guerra.
La situación humanitaria en Gaza es crítica, y la comunidad internacional observa con preocupación la escalada del conflicto. La falta de un acuerdo de alto el fuego podría resultar en un aumento de las hostilidades y un mayor sufrimiento para la población civil. Las tensiones continúan, y el futuro de la región sigue siendo incierto, con ambos lados firmemente arraigados en sus posiciones.
En medio de este contexto, la propuesta de alto el fuego de Estados Unidos se presenta como una oportunidad que podría haber llevado a una desescalada, pero la negativa de Israel a aceptarla pone de manifiesto las profundas divisiones que persisten en el conflicto israelí-palestino. La comunidad internacional sigue esperando que se logre un acuerdo que permita una paz duradera en la región.