Seis meses después de la devastadora DANA que afectó a gran parte de la Comunidad Valenciana, los agricultores de la región están enfrentando un nuevo desafío: la proliferación de una especie invasora que amenaza sus cultivos. A pesar de que las infraestructuras urbanas han comenzado a recuperarse, el campo valenciano sigue lidiando con las consecuencias de las intensas lluvias y el barro que dejaron las inundaciones.
La situación se ha vuelto crítica debido a la aparición de la caña común (Arundo donax), una planta invasora que se ha extendido rápidamente entre los cultivos. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha emitido un llamado de alerta, instando a las autoridades a tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe agrícola. Según los agricultores, la caña es extremadamente difícil de erradicar y su expansión podría tener consecuencias devastadoras para la producción agrícola.
La caña común, que se reproduce con rapidez y agresividad, ha encontrado un terreno fértil tras las lluvias torrenciales de octubre. Los agricultores han señalado que la falta de limpieza en barrancos y cauces ha permitido que esta especie se arraigue de manera natural, lo que podría llevar a una situación incontrolable cuando inicie la temporada de riego y abono.
Los agricultores han descrito la caña como una «planta muy mala de matar», que se extiende por debajo de la tierra de manera similar a la pólvora. Si no se toman medidas inmediatas, advierten, la invasión podría cronificarse, afectando no solo la biodiversidad local, sino también la viabilidad económica del sector agrícola valenciano. La caña está catalogada como una especie exótica invasora en España, lo que subraya su potencial destructivo.
La capacidad de la caña para colonizar grandes áreas y su resistencia a condiciones climáticas adversas la convierten en una amenaza directa para la agricultura. Los agricultores han expresado su preocupación por el impacto que esta planta puede tener en la vegetación nativa y en sus cosechas. En un video compartido por la AVA-ASAJA, se explica que los problemas de hongos y asfixia radicular se suman a los desafíos que presenta la caña común, complicando aún más la situación en el campo.
Ante esta crisis, los agricultores han solicitado la implicación del Gobierno central y del autonómico para implementar un plan de urgencia que aborde la situación. Aunque existen métodos mecánicos, físicos, químicos y ecológicos para controlar la caña, muchos de ellos son considerados poco viables debido a su alto costo y al impacto que podrían tener en las cosechas. Por ello, los agricultores piden una respuesta coordinada que incluya la limpieza de los cauces y barrancos, así como la intervención en las fincas privadas afectadas.
La AVA-ASAJA ha enfatizado que la expansión de la caña común no solo representa un problema agrícola, sino que también pone en riesgo la biodiversidad de la región. La rápida reproducción de esta planta y su capacidad para desplazar a la vegetación nativa son factores que agravan la situación. Los agricultores temen que, si no se actúa pronto, la caña podría convertirse en una presencia permanente en sus campos, afectando la producción y la economía local.
La situación en la Comunidad Valenciana es un claro ejemplo de cómo los desastres naturales pueden desencadenar problemas a largo plazo, como la invasión de especies no nativas. La colaboración entre las autoridades y los agricultores es fundamental para abordar esta crisis y proteger la agricultura valenciana de una amenaza que podría tener consecuencias devastadoras. La comunidad agrícola se encuentra en un momento crítico, y la respuesta que se dé en los próximos meses será crucial para su futuro.