La construcción del nuevo puente sobre el Guadalquivir, que conectará la SE-40, no solo representa una mejora en la infraestructura vial de Sevilla, sino que también incorpora un ambicioso proyecto de parque periurbano. Este espacio verde, que ocupará 95 hectáreas, es comparable en tamaño a los conocidos parques del Tamarguillo y Miraflores, y está diseñado para ofrecer a los ciudadanos un lugar de esparcimiento y actividades recreativas.
El proyecto, que se encuentra en fase de exposición pública, incluye diversas áreas recreativas, huertos urbanos y un centro de visitantes. Estas iniciativas buscan compensar el impacto visual y ambiental que la construcción del puente podría generar en la zona. El diseño del parque tiene como objetivo no solo embellecer el entorno, sino también fomentar la sostenibilidad y la interacción de la comunidad con la naturaleza.
En el marco del Estudio de Impacto Ambiental, se han propuesto medidas que buscan mitigar el efecto del viaducto sobre el paisaje. El nuevo parque contará con mobiliario urbano, como bancos y papeleras, así como elementos recreativos que incluirán juegos infantiles y carriles bici. Además, se rehabilitará un edificio existente para transformarlo en un centro de visitantes y un observatorio de aves, promoviendo así la educación ambiental y el turismo.
El parque se dividirá en dos secciones: una en la margen izquierda del río, que abarcará 60 hectáreas, y otra en la margen derecha, que se extenderá entre Palomares y Sevilla. Esta división permitirá crear áreas más urbanizadas y otras más naturales, contribuyendo a la biodiversidad y al bienestar de la fauna local. Además, se establecerá un corredor verde de 2,4 kilómetros que conectará ambos márgenes del río, facilitando el paso de la fauna y el acceso de la población al agua.
El corredor verde, de 80 metros de ancho, no solo servirá como un espacio de tránsito para la fauna, sino que también ofrecerá a los ciudadanos un acceso directo al río Guadalquivir desde Dos Hermanas. Este diseño busca crear una nueva superficie forestal de 194,000 metros cuadrados, que incluirá áreas naturales y zonas recreativas, fomentando así un estilo de vida más saludable y activo.
El proyecto del puente SE-40 ha sido concebido como una solución integral que no solo aborda la necesidad de mejorar la movilidad en la región, sino que también se preocupa por el entorno natural. La decisión de optar por un puente en lugar de un túnel se fundamenta en consideraciones económicas y técnicas, así como en la necesidad de preservar el entorno natural del Guadalquivir.
Con este nuevo parque periurbano, Sevilla no solo se prepara para un futuro más conectado, sino que también se compromete a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de espacios verdes accesibles y sostenibles. La creación de este pulmón verde es un paso significativo hacia una ciudad más habitable, donde la naturaleza y la urbanización puedan coexistir de manera armónica.