La reciente decisión de la Junta de Andalucía de renombrar el Parque Tecnológico de la Salud (PTS) como Granada Tech Park ha generado un intenso debate en la comunidad granadina. Este cambio de nombre no solo implica una modificación en la identidad de un espacio emblemático, sino que también refleja una tendencia más amplia en la política regional que busca diluir la singularidad de Granada en favor de una imagen más homogénea y globalizada.
### La Identidad del Parque Tecnológico de la Salud
El PTS fue concebido como un espacio donde la investigación biomédica, la educación universitaria y la innovación empresarial convergen. Desde su creación, ha sido un símbolo de la capacidad de Granada para liderar en campos como la biomedicina, la farmacología y la inteligencia artificial aplicada a la salud. Este parque no solo ha sido un motor económico, sino también un faro de conocimiento y excelencia en la región.
Sin embargo, el nuevo nombre, Granada Tech Park, ha suscitado críticas por su falta de conexión con la esencia del lugar. Muchos argumentan que este cambio busca despojar al parque de su identidad granadina, transformándolo en un mero apéndice de una marca más amplia y menos específica. La elección de un nombre en inglés, que suena a Silicon Valley pero con un toque local, ha sido interpretada como un intento de modernizar la imagen del parque a expensas de su legado y su significado.
La decisión de renombrar el PTS no es un hecho aislado. A lo largo de los años, hemos visto cómo otras instituciones y proyectos en Granada han sido objeto de cambios similares. Desde la gestión del Parque de las Ciencias hasta la Escuela Andaluza de Salud Pública, la tendencia parece ser la misma: diluir la identidad granadina en un esfuerzo por encajar en un marco más amplio de cohesión territorial.
### El Impacto de la Centralización en Granada
La centralización de decisiones en Andalucía ha llevado a que muchos granadinos sientan que su ciudad está siendo tratada como una sucursal de Málaga o Sevilla. Este fenómeno se traduce en una pérdida de autonomía y en la sensación de que los proyectos y las iniciativas que surgen en Granada son, en última instancia, decididos en otros lugares.
El cambio de nombre del PTS es un claro ejemplo de cómo la política regional puede afectar la percepción y la realidad de una ciudad. Al renombrar el parque, se corre el riesgo de que se minimice su importancia y se diluya su impacto en la comunidad. La narrativa que rodea a Granada como un centro de innovación y conocimiento se ve amenazada, y muchos temen que este cambio sea solo el comienzo de una serie de decisiones que continúen erosionando la identidad local.
Granada ha sido históricamente un lugar de gran riqueza cultural y científica. Sin embargo, la tendencia a homogeneizar su imagen en un esfuerzo por ser parte de una marca más amplia puede resultar contraproducente. La singularidad de Granada, su historia y su capacidad para generar conocimiento son activos valiosos que no deben ser sacrificados en el altar de la modernización superficial.
La preocupación no es solo por el nombre, sino por lo que representa. Cambiar el nombre del PTS a Granada Tech Park puede ser visto como un intento de borrar la memoria de lo que este lugar ha significado para la ciudad y sus habitantes. En lugar de celebrar la excelencia local, se opta por una narrativa que busca encajar en un molde más amplio y menos específico.
### La Necesidad de Respeto y Autonomía
Granada no necesita un cambio de nombre para ser reconocida como un centro de innovación. Lo que realmente necesita es respeto por su historia, autonomía en la toma de decisiones y confianza en su capacidad para liderar en campos que son cruciales para el futuro. La modernización no debería significar la pérdida de identidad, sino la celebración de lo que hace única a una ciudad.
Es fundamental que quienes gobiernan Andalucía comprendan que la verdadera modernización implica valorar y potenciar las características locales, en lugar de intentar diluirlas en un esfuerzo por ser más atractivos a nivel global. La identidad de Granada debe ser un activo, no un obstáculo.
La historia de Granada está llena de logros en el ámbito científico y cultural. Desde su universidad hasta los investigadores que han hecho contribuciones significativas en diversas disciplinas, la ciudad tiene mucho que ofrecer. Sin embargo, si se continúa con esta tendencia de cambiar nombres y diluir identidades, se corre el riesgo de que las futuras generaciones no reconozcan el legado que han heredado.
En última instancia, el cambio de nombre del Parque Tecnológico de la Salud es más que una simple cuestión de branding. Es un reflejo de una política que busca homogeneizar y centralizar, y que podría tener consecuencias duraderas para la identidad y el futuro de Granada. La comunidad granadina debe unirse para defender su legado y asegurarse de que su voz sea escuchada en las decisiones que afectan su futuro.
