La tradición devadasi, que se remonta a más de mil años en el sur de India, ha sido un tema de controversia y sufrimiento para muchas mujeres. Este sistema, que originalmente tenía un significado religioso y cultural, ha degenerado en una forma de explotación sexual que atrapa a jóvenes en un ciclo de pobreza y abuso. A través de las historias de mujeres como Chandrika, Ankita y Shilpa, se revela la dura realidad que enfrentan las devadasis en la actualidad.
### La Ceremonia de Consagración: Un Ritual que Marca el Inicio de la Explotación
La vida de muchas devadasis comienza con una ceremonia de consagración, donde son simbólicamente casadas con una diosa. Este ritual, que debería ser un honor, se convierte en una trampa que las condena a una vida de trabajo sexual. Chandrika, quien fue consagrada a los 15 años, recuerda cómo su vida cambió drásticamente después de la ceremonia. A los 19 años, fue engañada por un familiar y llevada a un burdel, donde comenzó a ejercer la prostitución. La falta de educación y el desconocimiento de su entorno la hicieron vulnerable a la explotación.
La tradición devadasi, que en sus inicios se centraba en el arte y la devoción, ha evolucionado hacia un sistema donde las mujeres son vistas como objetos sexuales. Aunque la práctica fue prohibida en Karnataka en 1982, muchas mujeres continúan siendo iniciadas en secreto. La presión social y la pobreza son factores que perpetúan esta tradición, donde las familias ven la consagración como una forma de asegurar su supervivencia económica.
### La Realidad de la Vida como Devadasi: Desafíos y Luchas
La vida de una devadasi está marcada por la explotación y la violencia. Chandrika, quien ha trabajado en burdeles durante casi dos décadas, comparte su experiencia de ser agredida y menospreciada por sus clientes. La mayoría de ellos provienen de diversas profesiones, desde estudiantes universitarios hasta trabajadores. Esta diversidad no impide que la violencia y el abuso sean comunes en su vida diaria. La falta de apoyo y recursos hace que muchas devadasis se sientan atrapadas en su situación.
Ankita y Shilpa, dos jóvenes devadasis, también enfrentan desafíos similares. Ankita fue presionada por su familia para ser consagrada después de la muerte de su hermano, mientras que Shilpa se encontró en una relación complicada con un hombre que la dejó embarazada y desapareció. Ambas mujeres reflejan la lucha por romper con un sistema que las condena a una vida de sufrimiento. A pesar de sus circunstancias, Ankita trabaja como jornalera agrícola, mientras que Shilpa sueña con darle a su hija una educación que ella nunca tuvo.
La pobreza es un factor determinante en la perpetuación de la tradición devadasi. Muchas mujeres provienen de la casta dalit, un grupo que enfrenta discriminación y marginación en la sociedad india. La falta de acceso a la educación y a servicios básicos contribuye a que estas mujeres se sientan obligadas a aceptar su destino. La directora de la ONG Sakhi Trust, M. Bhagyalakshmi, ha trabajado durante más de dos décadas para ayudar a las devadasis y ha observado cómo la tradición sigue viva a pesar de las prohibiciones. Su trabajo se centra en prevenir que nuevas generaciones de niñas sean consagradas y en proporcionar apoyo a aquellas que ya están atrapadas en el sistema.
### La Lucha por la Erradicación de la Tradición Devadasi
A pesar de los esfuerzos por erradicar la tradición devadasi, la realidad es que muchas mujeres siguen siendo iniciadas en secreto. Las autoridades locales han implementado medidas para advertir a la población sobre las consecuencias legales de estas ceremonias, pero la falta de educación y recursos hace que muchas familias continúen practicando la consagración. La creencia de que la diosa puede maldecir a la familia si no hay una devadasi iniciada perpetúa el ciclo de explotación.
Las devadasis modernas no reciben apoyo de los templos, a diferencia de sus predecesoras. Esto ha llevado a una mayor vulnerabilidad y explotación. La mayoría de las devadasis actuales carecen de hogar y sufren de problemas de salud, incluyendo enfermedades de transmisión sexual. La falta de acceso a servicios de salud y educación agrava su situación, dejándolas atrapadas en un ciclo de pobreza y abuso.
Chandrika, quien ha logrado salir de la prostitución, ahora trabaja con una ONG y se somete a pruebas de VIH regularmente. Su historia es un testimonio de resiliencia y esperanza. A pesar de su pasado, sueña con abrir una frutería y proporcionar un futuro mejor para sus hijos. Shilpa y Ankita también comparten el deseo de romper con la tradición devadasi y dar a sus hijos una vida diferente. La lucha por la erradicación de esta práctica no solo es un esfuerzo por salvar a las mujeres devadasis, sino también por cambiar la percepción cultural que las rodea.
### La Esperanza de un Futuro Sin Devadasis
Las historias de Chandrika, Ankita y Shilpa son solo algunas de las muchas que ilustran la lucha de las devadasis en India. A medida que las organizaciones no gubernamentales y los activistas continúan trabajando para erradicar esta tradición, es esencial que la sociedad reconozca la importancia de la educación y el empoderamiento de las mujeres. La transformación de la percepción cultural sobre las devadasis es crucial para romper el ciclo de explotación y pobreza.
La lucha por los derechos de las devadasis es una batalla por la dignidad y el respeto. A medida que más personas se informan sobre esta problemática, se abre la puerta a un futuro donde las mujeres no sean vistas como objetos de culto o explotación, sino como individuos con derechos y oportunidades. La esperanza radica en la capacidad de las nuevas generaciones para desafiar las normas culturales y construir un futuro más justo y equitativo.
