Cuando el otoño llega a Cantabria, algunos lugares se transforman en auténticos refugios para el alma, y Noja es uno de ellos. Este pequeño pueblo costero, alejado del bullicio del turismo masivo, se viste de tonos dorados y ocres, invitando a los visitantes a disfrutar de su belleza natural y tranquilidad. En este rincón del norte de España, el actor Mario Casas y su familia han encontrado su hogar lejos de los focos, un lugar donde desconectar y disfrutar de la calma que ofrece la naturaleza.
### Un Entorno Natural Inigualable
Noja es conocido por su equilibrio único entre lo marino y lo terrestre. Durante el verano, las playas de Trengandín y Ris se llenan de turistas y bañistas, pero es en otoño cuando el pueblo revela su verdadero encanto. Las calles se vuelven tranquilas, y los senderos, envueltos en bruma, ofrecen un espectáculo visual que combina el mar bravío con la serenidad de la montaña. Este entorno natural ha sido el escenario de paseos para Mario Casas y su pareja, la influencer Melyssa Pinto, quienes han sido vistos explorando las rutas más hermosas de la zona.
Entre las rutas destacadas se encuentran la Senda de la Marisma de Joyel y el Camino de Playa de Quejo, ambas reconocidas como Senderos Azules 2025 por su valor ecológico y gestión ambiental. Estos caminos permiten a los visitantes disfrutar de panorámicas únicas que incluyen acantilados, marismas y faros, todo mientras el sonido del Cantábrico resuena en el fondo. Las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, en particular, se tiñen de tonos cobrizos en otoño, convirtiéndose en un refugio para aves migratorias que descansan en sus aguas tranquilas. Pasear por sus pasarelas es una experiencia que invita a detener el tiempo, donde el viento, las hojas secas y el eco de las olas crean una sinfonía natural inolvidable.
### Historia y Gastronomía en Noja
Noja no solo es un paraíso natural; también es un lugar rico en historia y patrimonio. Entre sus joyas arquitectónicas se encuentra la Iglesia de San Pedro, construida en el siglo XVI, y el Palacio del Marqués de Albaicín, un elegante edificio neomontañés que data de 1916. Estos lugares no solo son testigos del pasado, sino que también añaden un aire de solemnidad y melancolía al pueblo, especialmente en otoño, cuando la piedra húmeda y los balcones floridos crean un ambiente acogedor.
La gastronomía en Noja es otro de sus grandes atractivos. Los restaurantes del municipio ofrecen una variedad de platos que rinden homenaje al mar y a la tierra. Los visitantes pueden disfrutar de delicias como lubina, dorada, nécoras y bogavante, así como de productos locales y quesos artesanales. Cada comida es una celebración de los sabores cántabros, un reflejo de la cultura y la tradición de la región.
Noja se presenta como un destino que conquista en silencio, lejos del ruido y la prisa de la vida moderna. Es un lugar donde la familia Casas encuentra cada año un refugio entre la brisa del mar y los tonos dorados de la montaña. Cualquier visitante puede redescubrir el norte de España en su versión más serena y luminosa, disfrutando de la belleza natural, la historia y la gastronomía que este encantador pueblo tiene para ofrecer.