La globalización ha permitido que el conocimiento y la tecnología fluyan entre continentes, y un claro ejemplo de esto es el reciente viaje de tres ingenieros cántabros a Qingdao, China. Este viaje, organizado por el Instituto de la Ingeniería de España, tuvo como objetivo principal que los profesionales españoles se empaparan de los avances tecnológicos y las metodologías de trabajo que se están implementando en el gigante asiático. Durante una semana, del 5 al 11 de septiembre, los ingenieros tuvieron la oportunidad de visitar diversas infraestructuras y conocer de primera mano cómo se están llevando a cabo proyectos de gran envergadura en China.
Uno de los puntos destacados de la visita fue el Puerto de Shandong, que se ha convertido en un referente mundial gracias a su terminal de contenedores totalmente automatizada. Este puerto opera con una intervención humana mínima, lo que permite una eficiencia sin precedentes en la logística marítima. Además, los ingenieros cántabros pudieron observar el impresionante puente de la bahía de Jiaozhou, que se extiende por más de 30 kilómetros sobre el mar, así como el túnel submarino de Qingdao, ambos ejemplos de la capacidad de China para llevar a cabo proyectos de infraestructura complejos en plazos reducidos.
### Innovación y Eficiencia: Lecciones desde China
Los ingenieros que participaron en esta experiencia, Héctor Ruiz, Ana Carrera y Carlos Casanueva, compartieron sus impresiones sobre lo que vieron y aprendieron. Ana Carrera, ingeniera de robótica en Celestia TST, destacó que la visita fue reveladora no solo por la tecnología que observaron, sino también por la forma en que los equipos de trabajo en China están organizados. Según Carrera, «en China, los equipos están más unificados y trabajan hacia una única misión, lo que les permite ejecutar grandes proyectos en tiempos récord». Esta observación resalta una de las diferencias clave entre los enfoques de trabajo en Europa y en Asia.
Carlos Casanueva, ingeniero industrial de Equipos Nucleares (ENSA), también hizo hincapié en la rapidez con la que se llevan a cabo los proyectos en China. «El puente de la bahía de Jiaozhou se construyó en solo cuatro años, mientras que en Europa, proyectos más pequeños como el nudo de Torrelavega han tardado mucho más», comentó. Esta comparación pone de manifiesto la necesidad de que Europa adopte un enfoque más dinámico y menos burocrático para poder competir en el ámbito de la ingeniería y la construcción.
César de la Torre, quien dirige su propio proyecto llamado Panssari, que se centra en innovar en el control de accesos en áreas portuarias, también se sintió inspirado por la experiencia. Para él, el viaje no solo fue una oportunidad para aprender sobre tecnología avanzada, sino también para establecer conexiones con otros profesionales españoles. «El lujo de poder acceder a esta inmersión y hacerlo junto a otros ingenieros de España es invaluable para fraguar nuevos proyectos y colaboraciones», afirmó.
### La Tecnología como Motor de Desarrollo
La visita a la planta desalinizadora de Qingdao fue otro de los momentos destacados del viaje. Esta instalación produce más de 340,000 metros cúbicos de agua dulce al día, lo que es crucial para la seguridad hídrica de la ciudad. Lo interesante de esta planta es que, aunque su diseño original fue español, se han implementado mejoras significativas que reflejan la capacidad de innovación de los ingenieros chinos. Esta situación fue vista por los ingenieros cántabros como una metáfora de cómo, en el pasado, China se basaba en la innovación europea, pero ahora ha evolucionado hasta el punto de innovar por sí misma.
La experiencia en Qingdao ha dejado a los ingenieros cántabros con una sensación de urgencia. La necesidad de adaptarse y evolucionar es más evidente que nunca. La burocracia y la falta de dinamismo en Europa están limitando el potencial de crecimiento y desarrollo en el sector de la ingeniería. Los ingenieros regresan a casa con la firme convicción de que es necesario un cambio en la forma en que se gestionan los proyectos en Europa para poder competir en un mercado global que avanza rápidamente.
El viaje a China no solo ha sido una lección sobre tecnología y eficiencia, sino también un llamado a la acción para que los profesionales europeos se adapten a un entorno en constante cambio. La experiencia vivida por estos ingenieros cántabros es un claro ejemplo de cómo el intercambio de conocimientos y la colaboración internacional pueden impulsar la innovación y el desarrollo en el ámbito de la ingeniería. A medida que el mundo se vuelve más interconectado, es fundamental que los profesionales de la ingeniería en Europa se mantengan al día con los avances globales y busquen oportunidades para aprender de otros países, especialmente de aquellos que están liderando el camino en innovación y tecnología.