La economía española se encuentra en un momento crucial, con proyecciones de crecimiento que, aunque optimistas, están acompañadas de advertencias sobre la moderación salarial y la inflación. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha actualizado sus previsiones, elevando la estimación del Producto Interior Bruto (PIB) para España a un 2,6% para este año, lo que representa un aumento de dos décimas respecto a sus cálculos anteriores. Sin embargo, la situación no es tan sencilla, ya que la OCDE también ha señalado que la combinación de una inflación creciente y salarios estancados está afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos españoles.
### Crecimiento Económico y Comparativa Internacional
El informe de la OCDE destaca que, a pesar de la incertidumbre global y la guerra comercial que afecta a muchas economías, España se posiciona como una de las economías avanzadas con mayor crecimiento en 2025. Este crecimiento es notable, ya que se estima que el PIB español crecerá a un ritmo que triplica la proyección para la eurozona y duplica la de la Unión Europea. Esta diferencia en las proyecciones se debe a la reciente revisión de la Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha ajustado al alza el crecimiento del PIB para 2024 a un 3,5%, impulsado principalmente por un aumento en la inversión.
El Gobierno español, en su reciente Consejo de Ministros, ha presentado un cuadro macroeconómico que prevé un crecimiento del PIB del 2,7% para este año, ligeramente por encima de las estimaciones de la OCDE y del Banco de España. Sin embargo, la proyección para 2026 es más conservadora, con un avance del 2%, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de este crecimiento en el futuro.
### Desafíos Salariales y Pérdida de Poder Adquisitivo
A pesar de las proyecciones de crecimiento, la OCDE ha emitido una advertencia sobre la moderación salarial que se está observando en España. La inflación, que se espera que cierre el año en un 2,6%, está erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos. En países como España, Italia y el Reino Unido, la combinación de precios elevados y salarios estancados está generando una situación de pérdida de poder adquisitivo, lo que podría tener repercusiones en el consumo y, por ende, en el crecimiento económico.
El Banco de España ha señalado que el crecimiento económico del país está siendo impulsado principalmente por el consumo. Sin embargo, cualquier alteración en este ámbito, ya sea por la moderación salarial o por factores externos como la incertidumbre internacional, podría desbaratar los planes de crecimiento. La moderación salarial se ha convertido en un obstáculo a corto plazo, y la incertidumbre en el mercado internacional impacta directamente en las exportaciones y en la llegada de turistas, un sector clave para la economía española.
El contexto actual plantea un dilema para los responsables de la política económica: ¿cómo fomentar el crecimiento sin comprometer el poder adquisitivo de los ciudadanos? La respuesta a esta pregunta será crucial para determinar la dirección de la economía española en los próximos años. Las políticas que se implementen en este sentido deberán equilibrar el crecimiento económico con la necesidad de garantizar que los salarios se mantengan en línea con el costo de vida, para evitar que la población se vea afectada por la inflación.
En resumen, aunque las proyecciones de crecimiento para España son alentadoras, es fundamental abordar los desafíos salariales y la inflación para asegurar un crecimiento sostenible y equitativo. La OCDE y otros organismos económicos seguirán monitoreando la situación, y será esencial que el Gobierno y las instituciones financieras trabajen en conjunto para mitigar los riesgos y maximizar las oportunidades en este entorno económico cambiante.