El complejo industrial de Sniace, ubicado en Torrelavega, ha estado en el ojo del huracán desde su declaración de quiebra en 2020. A pesar de la venta de la mayoría de sus activos, la empresa sigue enfrentando una deuda que supera los 155 millones de euros. Este artículo explora la situación actual de Sniace, los desafíos que enfrenta en su proceso de liquidación y el impacto que esto tiene en la comunidad y en el medio ambiente.
### La Deuda Persistente de Sniace
Desde su quiebra, Sniace ha estado bajo la supervisión de administradores concursales que han informado periódicamente al Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid sobre el estado de la liquidación. A pesar de las ventas de activos, la deuda de la compañía no solo se ha mantenido, sino que ha crecido ligeramente en los últimos dos años. En junio de 2023, la deuda era de 155,09 millones de euros, mientras que en la actualidad se sitúa en 155,63 millones.
Las operaciones de venta han incluido la enajenación de terrenos a RIC Energy y Copsesa por más de 6,7 millones de euros, así como la venta del perímetro forestal a Ence por 10,8 millones. Sin embargo, estas transacciones no han sido suficientes para reducir la carga financiera de la empresa. De hecho, el pasivo ha aumentado en más de medio millón de euros a pesar de los esfuerzos por liquidar activos.
Los administradores han señalado que, en la actualidad, Sniace cuenta con un saldo de 2,63 millones de euros en sus cuentas bancarias, una cifra que ha aumentado gracias a la venta de activos adicionales. Sin embargo, este monto es insuficiente para cubrir la deuda acumulada, lo que plantea serias dudas sobre la viabilidad de la liquidación y el futuro de los acreedores que esperan recuperar sus inversiones.
### Descontaminación y Proceso de Liquidación
Uno de los aspectos más críticos del proceso de liquidación de Sniace es la descontaminación de los terrenos que ocupaba el complejo industrial. En junio, la compañía remitió al Gobierno de Cantabria los Análisis Cuantitativos de Riesgos (ACR) derivados de diversas catas y prospecciones realizadas en el suelo. Estos análisis son fundamentales para determinar el grado de contaminación y los pasos necesarios para la rehabilitación del área.
Los administradores han informado que la valoración de estos ACR por parte de la Administración podría demorar más de un año. Este retraso en la evaluación podría extender el proceso de liquidación hasta bien entrado 2026, o incluso 2027, lo que complicaría aún más la situación de Sniace. La falta de autorizaciones ambientales y la necesidad de cumplir con los requisitos legales para la descontaminación son obstáculos significativos que la empresa debe superar.
Además, Sniace está llevando a cabo muestreos adicionales requeridos por la Confederación Hidrográfica, así como pruebas en los suelos de la zona de Poliamida. Estos esfuerzos son esenciales para garantizar que el proceso de descontaminación se realice de manera adecuada y cumpla con las normativas ambientales vigentes.
La situación actual de Sniace es un recordatorio de los desafíos que enfrentan muchas empresas en crisis. La combinación de una deuda elevada, la necesidad de descontaminación y la incertidumbre sobre el futuro del complejo industrial plantea un panorama complicado tanto para los acreedores como para la comunidad local. A medida que el proceso de liquidación avanza, será crucial seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos y las decisiones que se tomen en el camino hacia la resolución de esta crisis.