En un contexto global donde el reconocimiento de Palestina como un Estado está ganando impulso, con naciones como Francia y Reino Unido apoyando esta idea, surge la pregunta: ¿será suficiente este reconocimiento para que Palestina se establezca como un Estado viable? A pesar del creciente consenso internacional, existen múltiples factores que complican la creación y el funcionamiento efectivo de un Estado palestino.
### La Realidad Territorial y la Fragmentación
Desde una perspectiva histórica y cultural, Palestina tiene una identidad clara. Sin embargo, la teoría clásica del derecho internacional establece que para que una entidad sea considerada un Estado, deben existir ciertos elementos constitutivos: un territorio definido, una población permanente y un gobierno que ejerza soberanía sobre ese territorio. Aunque el reconocimiento internacional es un aspecto crucial, es importante entender que la existencia de un Estado debe ser anterior a este reconocimiento, no al revés.
La situación actual de los territorios palestinos es compleja. La fragmentación territorial, exacerbada por la ocupación israelí y la división política interna entre diferentes facciones palestinas, dificulta la posibilidad de establecer un Estado unificado. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha sido desplazada de Gaza por Hamás, lo que ha llevado a una atomización de la gobernanza y a la falta de un control efectivo sobre un territorio cohesionado. Esto plantea la pregunta: ¿qué Palestina se está reconociendo realmente?
Los territorios que los palestinos reclaman como ocupados por Israel están dispersos y, en muchos casos, entrelazados con el territorio israelí. Esta situación complica la definición de una entidad territorial unificada, tal como se delineó en las resoluciones de la ONU. Sin embargo, si existiera una voluntad política genuina y concesiones por parte de Israel, esta fragmentación podría no ser un obstáculo insalvable para la delimitación territorial.
### La Cuestión de la Población y el Autogobierno
El elemento humano es otro aspecto crítico en la ecuación de la creación de un Estado palestino. La falta de censos confiables y la situación demográfica en Gaza y Cisjordania complican la definición de la población que formaría parte de este futuro Estado. En Gaza, miles de personas han perdido la vida, ya sea como resultado de las hostilidades o como víctimas civiles, mientras que cientos de miles han buscado refugio en otros países. Por otro lado, en Cisjordania, la ANP podría tener algún control estadístico que ayude a definir la población, pero la falta de un censo claro y actualizado sigue siendo un desafío.
El autogobierno de Palestina es quizás el aspecto más complicado de resolver. La lucha de poder entre Hamás y la ANP ha creado un entorno de inestabilidad política. Aunque la ANP es reconocida por muchos países europeos como el gobierno legítimo de un futuro Estado palestino, Hamás mantiene el control efectivo de Gaza y rechaza la existencia de Israel como Estado. Esta situación plantea serias dudas sobre la capacidad de Palestina para ejercer soberanía y gobernanza efectiva.
La creación de un Estado palestino viable requerirá una hoja de ruta clara que integre los elementos constitutivos necesarios: un territorio unificado, una población integrada y un gobierno soberano. Sin embargo, esto solo puede lograrse a través de un alto el fuego, el desarme de Hamás y la participación activa de actores internacionales, incluidos Estados Unidos e Israel, que deben ser parte de la solución.
En este contexto, el reconocimiento de un Estado palestino, impulsado por el Gobierno de España y otros países, podría ser visto como una mera declaración de intenciones. La realidad sobre el terreno es que, en este momento, no existe un Estado palestino consolidado. La comunidad internacional debe abordar estos desafíos de manera integral, considerando no solo el reconocimiento formal, sino también las condiciones necesarias para que Palestina pueda existir como un Estado funcional y soberano.