En el contexto de las sanciones impuestas por Occidente, Rusia ha desarrollado una red clandestina de transporte marítimo que le permite evadir restricciones y continuar con sus exportaciones de petróleo. Esta flota, compuesta por buques conocidos como «fantasmas» y «zombis», ha proliferado desde la invasión de Ucrania en 2022, convirtiéndose en un pilar fundamental para la economía rusa y su maquinaria bélica. A través de tácticas ingeniosas y riesgosas, estos barcos han logrado transportar millones de barriles de crudo a compradores en todo el mundo, incluidos países bajo sanciones como Irán y Venezuela, así como a empresarios occidentales que buscan beneficios rápidos.
### La Estructura de la Flota Fantasma
La flota fantasma de Rusia se estima que transporta actualmente alrededor del 80% de las exportaciones marítimas de petróleo del país, desafiando las sanciones impuestas por Occidente. Antes de la guerra en Ucrania, la mayoría de estas exportaciones se realizaban a través de tanqueros occidentales, principalmente griegos, y se aseguraban en Londres. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente. Ahora, hasta cuatro de cada cinco tanqueros que transportan petróleo ruso carecen de un seguro reconocido, lo que indica un cambio hacia una flota paralela que opera bajo condiciones de alto riesgo.
Los buques de esta flota clandestina son, en su mayoría, viejos y mal mantenidos, lo que plantea serias preocupaciones sobre su seguridad y el impacto ambiental de sus operaciones. Muchos de estos barcos navegan bajo banderas poco conocidas y realizan transferencias de petróleo de barco a barco en aguas internacionales, donde la vigilancia es menor. Esta estrategia no solo les permite ocultar el origen de su carga, sino que también les ayuda a evadir la detección por parte de las autoridades marítimas.
Benjamin Hilgenstock, economista jefe del Instituto de la Escuela de Economía de Kyiv, señala que Rusia ha creado una flota paralela que le permite eludir las sanciones, pero que también presenta riesgos significativos debido a su antigüedad y falta de mantenimiento. La mayoría de estas embarcaciones deben partir de puertos en los mares Báltico y Negro, lo que significa que transitan por aguas europeas con frecuencia, aumentando la posibilidad de incidentes.
### Amenazas a la Seguridad Global
La proliferación de esta flota fantasma no solo plantea desafíos económicos, sino que también representa una amenaza significativa para la seguridad global. En octubre de 2025, un petrolero con bandera de Benín, que se sospecha estaba involucrado en actividades de espionaje, fue detenido frente a la costa francesa. Este buque, que había cambiado de nombre varias veces y ondeado siete banderas diferentes, transportaba crudo desde una terminal rusa hacia la India. Este incidente subraya cómo la flota fantasma puede estar involucrada en operaciones de espionaje y sabotaje, afectando la seguridad de los países de la OTAN.
Los países de la OTAN han comenzado a tomar medidas para contrarrestar esta amenaza. Se han implementado inspecciones más rigurosas de la documentación de seguros de los buques que navegan por sus aguas, y se han lanzado misiones como Baltic Sentry para abordar la creciente preocupación sobre la flota clandestina rusa. Sin embargo, la interceptación de estos buques en aguas internacionales es un desafío, ya que el principio de «paso inocente» limita las acciones que pueden tomar los Estados.
Además, la flota fantasma podría estar relacionada con incidentes de sabotaje en infraestructuras críticas, como los cables submarinos en el Báltico. Estos incidentes han llevado a una mayor cooperación entre los países de la región para disuadir las actividades de la flota clandestina. Sin embargo, la falta de regulación y supervisión en las jurisdicciones donde estos buques están registrados complica aún más la situación.
La falta de mantenimiento adecuado de estos buques también plantea un riesgo ambiental significativo. En diciembre de 2024, se produjo un derrame de 5,000 toneladas de petróleo en el estrecho de Kerch debido a dos buques de 50 años de antigüedad que no pudieron ser controlados durante una tormenta. Este evento fue calificado como una de las peores catástrofes ambientales en Rusia en el siglo XXI, lo que resalta la necesidad urgente de abordar la seguridad y la regulación de esta flota.
A medida que las sanciones continúan y la situación geopolítica se complica, es probable que la flota fantasma de Rusia evolucione. Se han comenzado a vislumbrar los contornos de una «Flota en la Sombra 2.0», que podría incluir nuevas tácticas y tecnologías para el contrabando de petróleo y otras mercancías. La comunidad internacional deberá estar atenta a estos desarrollos y trabajar en conjunto para mitigar los riesgos asociados con esta red clandestina de transporte marítimo.
