Venezuela se encuentra en medio de una crisis económica sin precedentes que ha transformado la vida cotidiana de sus ciudadanos en una lucha constante por la supervivencia. Con un salario mínimo que apenas alcanza los 130 bolívares, equivalente a menos de un dólar, el país se posiciona como uno de los lugares con menor poder adquisitivo en América Latina. Esta situación ha llevado a millones de venezolanos a enfrentarse a la hiperinflación, la escasez de alimentos y la desesperanza.
La devaluación del bolívar ha sido devastadora. En los primeros diez meses de 2025, la moneda nacional se devaluó más del 400%, lo que ha incrementado el costo de la vida de manera alarmante. En el mercado oficial, el dólar se cotiza a 203 bolívares, pero en el mercado negro, el precio supera los 280 bolívares, lo que representa una diferencia significativa que complica aún más las compras diarias de los ciudadanos.
### La Brecha Económica y sus Consecuencias
El deterioro del poder adquisitivo ha sido evidente en los últimos años. La Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) revela que en 2024, 3,4 millones de hogares venezolanos vivían en pobreza extrema. Más del 50% de los hogares enfrenta escasez de alimentos, y un 20% de la población experimenta inseguridad alimentaria severa. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que al menos 5 millones de personas sufren de hambre debido a la crisis, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
La crisis no solo afecta a los adultos mayores, quienes son uno de los grupos más vulnerables, sino que también impacta a jóvenes y familias enteras. Raúl Pérez, un padre y abuelo de 69 años, comparte su experiencia: «La situación está difícil, estamos haciendo maniobras para ver cómo nos ganamos nuestro sueldo. Yo trabajo en albañilería, plomería, lo que me salga». Este tipo de testimonios son comunes en un país donde la precariedad laboral se ha vuelto la norma.
La inflación ha pulverizado el poder de compra de los venezolanos, dificultando la adquisición de alimentos básicos. Una cesta básica familiar, que incluye productos esenciales, tiene un costo aproximado de 550 dólares, lo que resulta inalcanzable para la mayoría de la población. La situación es tan crítica que muchos venezolanos se ven obligados a comprar solo lo necesario para el día o, en el mejor de los casos, para la semana.
### La Resiliencia ante la Adversidad
A pesar de las adversidades, los venezolanos han demostrado una notable resiliencia. María Hernández, una jubilada de 71 años, continúa trabajando para poder subsistir. «Definitivamente hoy tienes una cantidad, mañana no tienes lo mismo. Con un sueldo de 130 bolívares, ¿qué podría hacer? Lo único que me mantiene en pie es que confío en Dios y tengo fe», expresa. Este tipo de fe y esperanza es un hilo conductor en la vida de muchos venezolanos que, a pesar de la crisis, buscan maneras de seguir adelante.
La situación económica ha llevado a un aumento en la ansiedad y la depresión entre la población. Pedro González, un joven de 39 años con discapacidad, comenta: «Todo es muy complicado porque el salario no alcanza para nada. La economía no es estable y eso genera ansiedad, depresión y enfermedades que afectan el sistema inmunológico». Este testimonio refleja el impacto psicológico que la crisis económica tiene en la población, además de las dificultades materiales.
El régimen de Nicolás Maduro ha intentado justificar la crisis económica señalando las sanciones impuestas por Estados Unidos y el embargo petrolero. Sin embargo, muchos venezolanos sienten que estas explicaciones no reflejan la realidad que viven a diario. A pesar de un aparente crecimiento del 8.5% del Producto Interno Bruto (PIB) reportado por el Banco Central de Venezuela, la mayoría de la población no percibe ninguna mejora en su calidad de vida.
La lucha por la supervivencia en Venezuela es una realidad que se vive en cada rincón del país. La combinación de sueldos miserables, hiperinflación y escasez de alimentos ha llevado a millones a una situación de vulnerabilidad extrema. La falta de acceso a alimentos y tratamientos médicos se ha convertido en un desafío diario, y la esperanza de un cambio significativo parece lejana.
La crisis humanitaria en Venezuela no solo es un problema económico, sino también un reflejo de la lucha por la dignidad y la vida de sus ciudadanos. En un país rico en recursos naturales, la pobreza y la desesperanza se han apoderado de la vida de millones, quienes continúan buscando formas de sobrevivir en medio de la adversidad. La historia de Venezuela es una historia de resistencia, de lucha y de un deseo inquebrantable de un futuro mejor, a pesar de las circunstancias actuales.
