En el corazón de La Teatrería de Ábrego, un espectáculo cautivador ha tomado vida, fusionando el realismo mágico con la denuncia social. La obra, titulada «Por una banana (miércoles en Macondo)», es una creación de la talentosa directora colombiana Mayil Georgi Nieto, quien invita al público a sumergirse en un viaje emocional que evoca la historia dolorosa de la masacre de las bananeras de 1928. Este trágico evento, que tuvo lugar durante una huelga de trabajadores de la United Fruit Company, se convierte en el telón de fondo de una narrativa que no solo busca recordar, sino también reflexionar sobre las injusticias que persisten en la actualidad.
### La Historia Detrás de la Obra
La masacre de las bananeras es un episodio oscuro en la historia de Colombia, donde la represión estatal se tradujo en la pérdida de cientos de vidas de campesinos que luchaban por sus derechos laborales. La obra de Nieto no solo revive este hecho histórico, sino que también establece un paralelismo con la actualidad, ya que recientemente Chiquita Brands fue condenada a pagar 38 millones de dólares a las familias de las víctimas, marcando un hito en la responsabilidad de las multinacionales por sus acciones en el extranjero. Este contexto histórico se entrelaza con la narrativa de Isabel, el personaje principal, quien, a través de su voz, rescata las historias olvidadas de aquellos que fueron silenciados por la historia oficial.
Isabel, interpretada con una intensidad conmovedora por Nieto, guía al público a través de las calles polvorientas de Macondo, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. A medida que la obra avanza, el espectador se convierte en testigo de las cicatrices que dejó la llegada de la compañía bananera, así como de la venta indiscriminada de recursos naturales que continúa devastando la identidad cultural de América Latina. La obra se convierte en un acto de memoria viva, donde cada palabra y cada gesto resuena con la urgencia de recordar y reflexionar sobre el pasado.
### Un Enfoque Participativo y Sensorial
Uno de los aspectos más innovadores de «Por una banana» es su carácter participativo. A diferencia de las producciones teatrales tradicionales, el público no es un mero espectador; se convierte en un cómplice narrativo, interviniendo en momentos clave de la representación. Esta ruptura de la cuarta pared se realiza con una naturalidad hipnótica, creando una experiencia sensorial y emocional que trasciende las barreras del escenario. El realismo mágico se despliega en toda su potencia, con tiempos que se pliegan, voces que se multiplican y presencias invisibles que dialogan con los vivos.
La obra no solo se centra en la tragedia, sino que también celebra la cultura y la identidad de los pueblos latinoamericanos. A través de la poesía y el lirismo característicos de Gabriel García Márquez, Nieto logra tejer una narrativa que invita a la reflexión sobre la explotación de los recursos naturales y las huellas del colonialismo corporativo. La obra se convierte así en un homenaje a la memoria colectiva, recordando que el arte puede ser una poderosa herramienta de resistencia y conciencia social.
### La Trayectoria de Mayil Georgi Nieto
La directora Mayil Georgi Nieto cuenta con una trayectoria sólida y cosmopolita. Nacida en Bogotá, su formación en la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB) la llevó a convertirse en discípula de los renombrados Darío Fo y Franca Rame, de quienes heredó un enfoque crítico y una teatralidad popular. Su carrera ha estado marcada por el compromiso social y la experimentación escénica, llevando sus obras a festivales internacionales en países como Japón, Francia, Italia y Luxemburgo.
Nieto también ha incursionado en el cine, destacándose en producciones que han sido reconocidas en festivales internacionales. Su proyecto educativo, El Corral, ha acercado el teatro a las escuelas mediante textos bilingües que fomentan la reflexión y la poesía. «Por una banana» se inscribe en esta línea pedagógica, tendiendo puentes entre la memoria histórica y la creación artística, y demostrando que el teatro puede ser un vehículo para la educación y la conciencia social.
La obra no solo rinde homenaje a Gabriel García Márquez, sino que también resucita el espíritu crítico y poético del autor colombiano. En el escenario cántabro, Macondo vuelve a latir, recordándonos que la memoria, cuando se pronuncia desde el arte, nunca muere. La propuesta de Nieto es un llamado a la acción, una invitación a no olvidar las lecciones del pasado y a seguir luchando por un futuro más justo y equitativo.
### Un Legado que Trasciende el Escenario
«Por una banana (miércoles en Macondo)» no es solo una obra de teatro; es un acto de resistencia cultural que busca despertar la conciencia del público sobre las injusticias que han marcado la historia de América Latina. La fusión del realismo mágico con la denuncia social crea un espacio donde las voces de los olvidados pueden ser escuchadas, y donde la historia se convierte en un espejo que refleja las luchas actuales.
A medida que la obra avanza, el público se ve inmerso en un viaje emocional que no solo entretiene, sino que también educa y provoca la reflexión. La propuesta de Nieto es un recordatorio de que el arte tiene el poder de transformar, de sanar y de unir a las comunidades en torno a causas comunes. En un mundo donde la memoria histórica a menudo se borra, obras como «Por una banana» son esenciales para mantener viva la llama de la justicia y la verdad.
La Teatrería de Ábrego se convierte así en un espacio sagrado donde la historia, la cultura y la memoria se entrelazan, recordándonos que el teatro es un lugar de encuentro, de diálogo y de resistencia. En este escenario, Macondo no solo revive, sino que también se convierte en un símbolo de esperanza y lucha por un futuro mejor.
