La mañana del 31 de octubre de 2025, el Servicio Cántabro de Salud (SCS) enfrentó un colapso informático que dejó paralizados hospitales y centros de salud en toda la región. Este incidente, que se produjo a partir de las nueve de la mañana, ha generado una serie de complicaciones en la atención médica, afectando el acceso a historias clínicas y recetas electrónicas, lo que ha puesto en jaque la operatividad del sistema sanitario en Cantabria.
### Causas del Colapso Informático
El consejero de Salud, César Pascual, explicó que el colapso no se debió a una caída del sistema, sino a un bloqueo de seguridad en los cortafuegos que protegen las conexiones del SCS. Este tipo de bloqueos son medidas de seguridad implementadas para prevenir accesos no autorizados y proteger la información sensible de los pacientes. Cuando los firewalls dejan de funcionar, el sistema se bloquea automáticamente, lo que impide el acceso a datos críticos.
El problema se originó en el Centro de Procesos de Datos (CPD), lo que dejó a los profesionales de la salud sin acceso a la información almacenada en la red. Aunque los programas operativos podían funcionar en local, la falta de conexión con el centro de datos complicó la atención médica, ya que los médicos no podían acceder a las historias clínicas de los pacientes ni a las recetas electrónicas necesarias para la prescripción de medicamentos.
A pesar de la gravedad de la situación, el consejero aseguró que se estaba trabajando en colaboración con Telefónica y otras empresas responsables para solucionar el problema en el firewall y restablecer la normalidad en el sistema. Sin embargo, se advirtió que el sistema permanecería bloqueado automáticamente por razones de seguridad hasta que se resolviera el fallo.
### Consecuencias para la Atención Sanitaria
El colapso informático ha tenido un impacto significativo en todos los hospitales públicos de Cantabria, incluyendo Valdecilla, Sierrallana, Laredo y Tres Mares, así como en los centros de salud de atención primaria. Los profesionales sanitarios se vieron obligados a implementar planes de contingencia para continuar brindando atención a los pacientes. Esto incluyó la realización de anotaciones en papel y la priorización de tratamientos y consultas más urgentes.
Los retrasos en la gestión de citas, pruebas diagnósticas y la prescripción de medicamentos se convirtieron en una realidad para muchos pacientes. La falta de acceso a la información médica crítica no solo complicó la atención de los pacientes, sino que también generó un ambiente de incertidumbre tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes que dependían de estos servicios.
A medida que avanzaba la mañana, fuentes del Ejecutivo regional confirmaron que se había recuperado aproximadamente el 70% del funcionamiento del sistema. Sin embargo, se estimó que la recuperación completa tomaría varias horas, lo que significaba que la atención médica seguiría viéndose afectada durante un tiempo considerable.
El incidente se produjo en un momento crítico, ya que el consejero y la presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, estaban inaugurando la nueva Unidad de Hospitalización Psiquiátrica del Hospital Sierrallana. La coincidencia de estos eventos subraya la fragilidad de los sistemas de salud en situaciones de crisis, donde un fallo técnico puede tener repercusiones graves en la atención al paciente.
### Medidas a Futuro
La situación ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar y reforzar la infraestructura tecnológica del Servicio Cántabro de Salud. La dependencia de sistemas informáticos para la gestión de la atención médica es cada vez mayor, y los fallos como el ocurrido pueden tener consecuencias devastadoras. Es fundamental que se implementen medidas preventivas para evitar que incidentes similares se repitan en el futuro.
Las autoridades sanitarias deben considerar la posibilidad de realizar auditorías regulares de seguridad en sus sistemas informáticos y establecer protocolos de contingencia más robustos que permitan una respuesta rápida y efectiva ante fallos técnicos. Además, la capacitación continua del personal en el manejo de situaciones de crisis y el uso de sistemas alternativos puede ser crucial para minimizar el impacto de futuros colapsos.
Los pacientes también deben ser informados sobre los procedimientos a seguir en caso de que se produzcan fallos en el sistema, para que puedan estar preparados y entender las limitaciones que pueden surgir en la atención médica. La comunicación clara y efectiva es esencial para mantener la confianza del público en el sistema de salud.
A medida que el SCS trabaja para restablecer la normalidad, es vital que se tomen lecciones de este incidente para mejorar la resiliencia del sistema de salud en Cantabria. La salud de la población depende en gran medida de la capacidad del sistema para adaptarse y responder a los desafíos tecnológicos y operativos que se presenten en el futuro.
