La situación en el conflicto israelí-palestino ha tomado un giro preocupante con la reciente aprobación de una votación en el Parlamento israelí que busca aplicar la soberanía israelí sobre los asentamientos ilegales en Cisjordania. Este movimiento, impulsado por ministros ultranacionalistas, ha generado reacciones tanto a nivel local como internacional, poniendo en riesgo los esfuerzos de paz en la región.
### La Aprobación de la Soberanía sobre Cisjordania
El miércoles pasado, la Knéset, el Parlamento de Israel, aprobó en primera instancia un proyecto de ley que reconoce la soberanía israelí sobre los asentamientos en Cisjordania. Este paso, que requiere tres votaciones más para convertirse en ley, ha sido impulsado por figuras clave del gobierno, como Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, quienes han mostrado una postura radical en cuanto a la política hacia los territorios ocupados. La votación se aprobó por un margen muy estrecho, lo que refleja la división interna dentro del propio partido de Netanyahu, Likud.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, intentó distanciarse de esta decisión, afirmando que fue aprobada sin el apoyo de su partido y destituyendo a un diputado que votó a favor. Sin embargo, la realidad es que la presión de los ministros ultranacionalistas ha llevado a una situación en la que el gobierno se encuentra atrapado entre sus aliados radicales y la necesidad de mantener relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
### Reacciones Internacionales y el Futuro de la Paz
Desde Washington, las reacciones a esta iniciativa han sido contundentes. El presidente Donald Trump ha declarado que la anexión de Cisjordania «no sucederá» y que, de llevarse a cabo, Israel podría perder el apoyo de Estados Unidos. Esta advertencia se suma a las declaraciones del vicepresidente J.D. Vance, quien calificó la idea de anexión como «una estupidez» y reafirmó que la política de la administración estadounidense es que Cisjordania no será anexionada.
El secretario de Estado, Marco Rubio, también expresó su preocupación, señalando que esta medida representa una amenaza para el proceso de paz en la región. La situación se complica aún más para Netanyahu, quien debe equilibrar las demandas de sus socios de coalición radicales con la presión internacional por avanzar hacia un acuerdo de paz.
Mientras tanto, la violencia en Cisjordania continúa. Recientemente, colonos israelíes han incendiado vehículos palestinos, lo que ha generado un aumento en las tensiones en la región. La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha reportado un alarmante número de niños palestinos asesinados en Cisjordania en lo que va del año, lo que subraya la gravedad de la situación humanitaria en el territorio.
A medida que las negociaciones por la paz en Gaza avanzan, la anexión de Cisjordania se presenta como un obstáculo significativo. La comunidad internacional observa con preocupación cómo los movimientos de los líderes israelíes podrían desestabilizar aún más la región y dificultar cualquier intento de alcanzar una solución duradera al conflicto. La falta de un enfoque claro y la creciente radicalización de ciertos sectores del gobierno israelí plantean serias dudas sobre el futuro de la paz en el conflicto israelí-palestino.
