El Premio Nobel de Economía 2025 ha sido otorgado a tres destacados economistas: Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt. Este galardón, que reconoce sus contribuciones a la comprensión del crecimiento económico a través de la innovación y el progreso tecnológico, subraya la importancia de estos factores en la economía moderna. La decisión fue anunciada por el Banco de Suecia, que destaca cómo el trabajo de estos académicos ha iluminado el camino hacia un crecimiento sostenido en las últimas décadas.
### Innovación y Crecimiento Económico
El premio se divide en dos partes: la mitad se otorga a Joel Mokyr por su investigación sobre los requisitos necesarios para un crecimiento económico sostenido, mientras que la otra mitad se concede conjuntamente a Philippe Aghion y Peter Howitt por su desarrollo de la teoría de la «destrucción creativa». Esta teoría, que se refiere a cómo la innovación puede desplazar tecnologías obsoletas y empresas, es fundamental para entender el dinamismo del mercado y la evolución de las economías.
Mokyr ha sido un pionero en el estudio de la relación entre el progreso tecnológico y el crecimiento económico. Su trabajo ha demostrado que la innovación no solo es un motor de crecimiento, sino que también es esencial para la mejora del bienestar social. A través de sus investigaciones, ha identificado los factores que permiten a las sociedades beneficiarse de los avances tecnológicos, enfatizando la necesidad de un entorno que fomente la creatividad y la competencia.
Por otro lado, Aghion y Howitt han aportado una perspectiva complementaria al analizar cómo la competencia y la innovación interactúan en el mercado. Su teoría de la destrucción creativa sugiere que, aunque la innovación puede causar la desaparición de empresas y tecnologías existentes, también es un proceso necesario para el avance económico. Este ciclo de creación y destrucción es lo que permite a las economías adaptarse y prosperar en un mundo en constante cambio.
### La Importancia de las Instituciones en el Crecimiento
El trabajo de Mokyr, Aghion y Howitt no solo se centra en la innovación y la competencia, sino que también aborda la importancia de las instituciones en el crecimiento económico. En años anteriores, otros economistas como Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson fueron galardonados por sus estudios sobre cómo las instituciones influyen en la prosperidad de las naciones. Este enfoque destaca que, para que la innovación y el crecimiento florezcan, es fundamental contar con un marco institucional sólido que proteja los derechos de propiedad, fomente la competencia y garantice un entorno justo para todos los actores económicos.
La Academia Sueca ha señalado que el crecimiento económico sostenido, que ha sido una característica del mundo durante los últimos dos siglos, ha sacado a millones de personas de la pobreza. Este fenómeno ha sentado las bases de la prosperidad moderna, y es crucial entender cómo se ha logrado. La investigación de los galardonados proporciona una hoja de ruta para las políticas económicas que pueden ayudar a mantener este crecimiento en el futuro.
Además, el presidente del Comité del Premio Nobel en Ciencias Económicas, John Hassler, ha enfatizado que el crecimiento económico no debe darse por sentado. Es necesario defender los mecanismos que permiten la destrucción creativa para evitar caer en el estancamiento. Esto implica que las políticas deben adaptarse constantemente para fomentar la innovación y permitir que nuevas ideas y tecnologías surjan y se desarrollen.
El Nobel de Economía, aunque no forma parte del legado original de Alfred Nobel, ha ganado prestigio desde su creación en 1968. Este año, los galardonados recibirán cerca de un millón de euros, un aumento significativo en comparación con años anteriores, lo que refleja la creciente importancia de la economía en el contexto global. Desde su inicio, el premio ha sido otorgado a casi un centenar de economistas, y la mayoría de los galardonados han sido hombres, con solo tres mujeres en la lista.
La entrega de este premio no solo reconoce los logros individuales de Mokyr, Aghion y Howitt, sino que también pone de relieve la necesidad de seguir investigando y comprendiendo los complejos mecanismos que impulsan el crecimiento económico. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, es vital que las políticas económicas se adapten para aprovechar al máximo las oportunidades que surgen de la innovación.
En resumen, el Premio Nobel de Economía 2025 es un reconocimiento a la importancia de la innovación y el progreso tecnológico en el crecimiento económico. A medida que el mundo enfrenta desafíos económicos y sociales, las lecciones aprendidas de los trabajos de Mokyr, Aghion y Howitt serán fundamentales para guiar a las naciones hacia un futuro más próspero y sostenible.