El 12 de octubre de 2025, el tradicional Desfile de las Fuerzas Armadas en España, con motivo del Día de la Fiesta Nacional, se convirtió en un escenario de tensiones políticas y manifestaciones de descontento hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este evento, que debería ser una celebración de la unidad nacional, se vio marcado por un ambiente de división y rechazo hacia la figura del líder socialista, evidenciando la creciente polarización en la sociedad española.
La retransmisión del evento por parte de la televisión pública fue objeto de críticas, ya que se acusó a Televisión Española (TVE) de manipular el sonido ambiente para minimizar los abucheos y pitos que recibió Sánchez a su llegada al acto. Mientras el presidente intentaba solapar su presencia con la de la Familia Real, los gritos de «¡Fuera!» y «¡Dimisión!» resonaban entre el público, reflejando un descontento que parece aumentar con el tiempo. Este tipo de situaciones no son nuevas; en años anteriores, la televisión pública también había ajustado el audio para suavizar el impacto de las protestas contra el presidente.
### La Recepción del Presidente y la Familia Real
El contraste entre la recepción de Pedro Sánchez y la de la Familia Real fue notable. Mientras el presidente enfrentaba un coro de abucheos, la llegada del Rey Felipe VI, la Reina Letizia y la Princesa Leonor fue recibida con vítores y aplausos. La ovación más intensa se produjo durante el salto de los paracaidistas, quienes desplegaron una gran bandera de España, lo que generó un ambiente de celebración y unidad entre los asistentes.
El desfile, que tuvo lugar entre el Paseo del Prado y la Plaza de Colón, fue una muestra de patriotismo, con miles de ciudadanos ondeando banderas de España. Sin embargo, la seguridad impuesta por Moncloa mantuvo a los manifestantes a una distancia considerable de la tribuna presidencial, lo que no impidió que los gritos de rechazo traspasaran el perímetro de seguridad. A pesar de la tensión, Sánchez mantuvo una actitud imperturbable, ignorando los abucheos y dirigiendo su mirada hacia el palco real.
### Críticas a la Gestión del Gobierno
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue una de las voces críticas que se alzó durante el evento. En declaraciones a los medios, acusó a Sánchez de alimentar la división entre los españoles y de actuar como si no fuera el presidente de todos. Ayuso también destacó la ausencia de la bandera de España en un vídeo que el presidente había compartido en redes sociales para felicitar la Fiesta Nacional, donde aparecían otros símbolos ideológicos, lo que, según ella, refleja el desprecio del Gobierno hacia los símbolos que representan a todos los españoles.
La polarización política en España ha ido en aumento en los últimos años, y el desfile del 12 de octubre se ha convertido en un termómetro de este descontento. La manipulación de la retransmisión por parte de TVE ha sido vista como un intento de silenciar las voces disidentes y de presentar una imagen más favorable del Gobierno, lo que ha generado aún más críticas y desconfianza entre la población.
El evento, que debería ser un momento de celebración y unidad, se ha transformado en un campo de batalla simbólico donde se manifiestan las tensiones políticas y sociales que atraviesan al país. La figura del presidente, que en otras ocasiones ha sido vista como un símbolo de estabilidad, se ha convertido en el blanco de las críticas y el descontento popular, lo que plantea interrogantes sobre el futuro político de España y la capacidad del Gobierno para abordar las preocupaciones de sus ciudadanos.
En este contexto, el desfile del 12 de octubre de 2025 no solo fue un evento militar, sino un reflejo de la polarización y el descontento que caracteriza a la política española actual. La división entre los ciudadanos y el Gobierno parece estar más marcada que nunca, y el desafío para el presidente será encontrar formas de reconectar con una parte de la población que se siente cada vez más alejada de sus representantes.