La detección precoz del cáncer de mama ha sido durante años un pilar fundamental en la salud pública de Andalucía. Desde su implementación en 1995, el programa de cribado ha sido un modelo a seguir en la lucha contra esta enfermedad, permitiendo la identificación temprana de tumores y salvando miles de vidas. Sin embargo, en los últimos años, este sistema ha sufrido un deterioro alarmante que ha llevado a un escándalo sanitario de grandes proporciones. Al menos 2.000 mujeres no fueron informadas de que sus mamografías resultaron no concluyentes, lo que ha generado una crisis de confianza en el sistema de salud pública. Este artículo explora las causas de este colapso y las implicaciones que tiene para la salud de las mujeres en Andalucía.
La gestión del programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía ha pasado de ser un modelo de excelencia a un ejemplo de caos administrativo. Durante más de dos décadas, la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) fue la encargada de desarrollar y supervisar este programa, asegurando que cada resultado dudoso se tradujera en una acción concreta: una llamada, una cita o una prueba adicional. Sin embargo, desde 2022, la EASP ha sido despojada de su papel crucial, lo que ha llevado a una falta de coordinación y a un aumento en la incertidumbre para las pacientes. La automatización del proceso, sin la supervisión adecuada, ha resultado en un fallo sistémico que ha puesto en riesgo la vida de muchas mujeres.
La falta de comunicación y la ausencia de un sistema de alertas han sido factores determinantes en este escándalo. Las autoridades sanitarias han intentado desviar la responsabilidad, culpando a los radiólogos y a un supuesto fallo informático. Sin embargo, el verdadero problema radica en la gestión del programa y en la decisión política de reducir su estructura organizativa. La eliminación de equipos de supervisión y la dependencia de un sistema automatizado sin contrapesos han dejado a las mujeres en una situación de vulnerabilidad extrema. La falta de información sobre los resultados de sus pruebas ha generado ansiedad y desconfianza, lo que es inaceptable en un sistema de salud que debería priorizar la vida y el bienestar de sus ciudadanos.
### La Descomposición del Sistema de Salud Pública
La crisis en el programa de cribado de cáncer de mama no es un fenómeno aislado, sino que refleja una tendencia más amplia en la gestión de la salud pública en Andalucía. La decisión de prescindir de la EASP y de su enfoque basado en la evidencia ha llevado a un deterioro en la calidad de la atención sanitaria. Hasta 2022, el programa contaba con un sistema de información robusto, protocolos claros y un enfoque centrado en el paciente. Sin embargo, la falta de evaluación y coordinación ha resultado en un colapso que ha afectado a miles de mujeres.
El impacto de esta crisis es profundo y multifacético. No solo se trata de un fallo administrativo, sino de un daño moral y cívico que afecta la confianza de la ciudadanía en el sistema de salud. Las mujeres que se sometieron a mamografías y no recibieron información sobre sus resultados se enfrentan a una incertidumbre devastadora. La ansiedad que genera no saber si se necesita un seguimiento o un tratamiento es una carga que no deberían tener que soportar. La falta de comunicación no solo es un fallo técnico, sino una violación del derecho a la información y a la atención sanitaria adecuada.
Además, el paternalismo mal entendido que ha llevado a las autoridades a justificar la falta de comunicación como una forma de evitar ansiedad es inaceptable. Las mujeres tienen derecho a conocer su estado de salud y a tomar decisiones informadas sobre su tratamiento. La idea de que se les puede privar de información para proteger su bienestar emocional es un retroceso en la ética de la atención sanitaria. La vida de las personas no debe ser objeto de decisiones arbitrarias basadas en suposiciones sobre cómo podrían reaccionar ante una noticia difícil.
### Propuestas para la Rectificación
Ante esta crisis, es imperativo que se tomen medidas inmediatas para restaurar la confianza en el sistema de salud pública. En primer lugar, es necesario recomponer los equipos de gestión clínica y de seguimiento en los distritos y hospitales. La creación de un sistema de auditoría independiente que evalúe el alcance del fallo y el estado real del programa es crucial para garantizar que se tomen las medidas correctivas adecuadas.
Asimismo, se debe establecer un calendario público y verificable para revisar las mamografías afectadas y comunicar personalmente a cada mujer sobre su situación. La transparencia en este proceso es fundamental para recuperar la confianza de la ciudadanía. Además, es esencial devolver a la EASP su papel en la planificación, actualización y evaluación del programa de cribado. La experiencia y el conocimiento de esta institución son vitales para asegurar que el sistema vuelva a funcionar de manera efectiva.
La crisis en el programa de cribado de cáncer de mama en Andalucía es un claro ejemplo de cómo la gestión inadecuada puede tener consecuencias devastadoras para la salud pública. No se trata solo de un fallo técnico, sino de una serie de decisiones políticas que han llevado a un deterioro en la atención sanitaria. Es fundamental que se tomen medidas para rectificar esta situación y garantizar que las mujeres reciban la atención y la información que merecen. La salud pública no puede ser objeto de recortes ni de decisiones arbitrarias; debe ser una prioridad que garantice el bienestar de todos los ciudadanos.