La reciente tragedia que envolvió al fútbol español con la muerte de Raúl Ramírez, un joven portero del Colindres, ha puesto de manifiesto la falta de medidas de seguridad en las competiciones de Tercera Federación. Este suceso, ocurrido durante un partido en Camargo, Cantabria, ha reabierto el debate sobre la necesidad de contar con servicios médicos y ambulancias en los campos de juego de esta categoría. A pesar de que la normativa de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) exige la presencia de estos recursos en categorías superiores, la Tercera Federación sigue siendo una excepción. Este artículo explora las implicaciones de esta situación, así como los costos asociados a la implementación de medidas de seguridad adecuadas.
La tragedia de Raúl Ramírez
El 27 de septiembre de 2025, el partido entre el Revilla y el Colindres se tornó en una pesadilla cuando Raúl Ramírez sufrió un golpe en la cabeza durante el juego. A pesar de la gravedad de la situación, el campo no contaba con un médico ni una ambulancia, lo que generó una espera angustiante de entre 15 y 20 minutos para que llegara la asistencia médica. Durante este tiempo, el joven portero fue atendido por su entrenador y dos enfermeras que se encontraban en el lugar, pero lamentablemente, no fue suficiente para salvar su vida.
La falta de recursos médicos en Tercera Federación es un problema que ha sido denunciado por el sindicato de futbolistas, AFE, que ha solicitado en varias ocasiones que se haga obligatoria la presencia de un médico y una ambulancia en todos los partidos de esta categoría. Sin embargo, a cinco meses de la solicitud, la situación sigue sin cambiar. La normativa actual establece que la obligación de contar con estos recursos se limita a categorías superiores, dejando a los futbolistas de Tercera Federación en una situación de vulnerabilidad.
Costos de la seguridad en el fútbol
Uno de los argumentos que se esgrimen para justificar la falta de medidas de seguridad en la Tercera Federación es el costo asociado a la contratación de servicios médicos y ambulancias. Según diversas fuentes, el precio por partido de estos servicios ronda los 600 euros, lo que se traduce en un gasto aproximado de 10.200 euros por temporada para un equipo que compite en esta categoría. Con 18 grupos de 18 equipos cada uno, la competición de Tercera Federación pone en juego 164 partidos cada jornada, lo que implica un costo total de alrededor de 4,5 millones de euros al año si se considerara la implementación de estas medidas en todos los partidos.
Este elevado costo es un factor determinante que ha llevado a la RFEF a no hacer obligatoria la presencia de médicos y ambulancias en la Tercera Federación. Sin embargo, la vida de los futbolistas debería ser una prioridad, y es fundamental que se busquen soluciones que permitan garantizar su seguridad sin que esto implique una carga económica insostenible para los clubes.
Alternativas y soluciones
Ante la situación actual, es necesario explorar alternativas que permitan implementar medidas de seguridad en el fútbol de Tercera Federación sin que esto represente un gasto excesivo para los clubes. Una opción podría ser la creación de un fondo común que financie la presencia de servicios médicos en los partidos. Este fondo podría ser alimentado por las federaciones territoriales, patrocinadores y donaciones, y permitiría que todos los equipos de la categoría pudieran contar con la asistencia médica necesaria.
Otra alternativa sería la colaboración con instituciones locales, como hospitales y clínicas, que pudieran ofrecer sus servicios a un costo reducido o incluso de forma gratuita a cambio de visibilidad y promoción durante los partidos. Esta colaboración podría ser beneficiosa tanto para los clubes como para las instituciones de salud, que tendrían la oportunidad de mostrar su compromiso con la comunidad y la salud de los deportistas.
Además, es crucial que se realicen campañas de concienciación sobre la importancia de la seguridad en el deporte. La educación sobre la necesidad de contar con recursos médicos en los campos de juego no solo debe ser una responsabilidad de las federaciones y los clubes, sino también de los propios jugadores, entrenadores y aficionados. La presión social puede ser un motor importante para impulsar cambios en las normativas y garantizar que se priorice la seguridad de los futbolistas.
El papel de la AFE y la RFEF
La AFE ha sido un actor clave en la lucha por la mejora de las condiciones de seguridad en el fútbol español. Su insistencia en la necesidad de contar con médicos y ambulancias en todos los partidos de Tercera Federación es un paso importante hacia la protección de los futbolistas. Sin embargo, es fundamental que esta presión se traduzca en acciones concretas por parte de la RFEF y las federaciones territoriales.
La RFEF, por su parte, tiene la responsabilidad de revisar sus normativas y considerar la inclusión de medidas de seguridad obligatorias en todas las categorías del fútbol español. La vida de los jugadores no puede ser un tema de debate, y es imperativo que se tomen decisiones que prioricen su bienestar. La implementación de estas medidas no solo protegería a los futbolistas, sino que también enviaría un mensaje claro sobre la importancia de la seguridad en el deporte.
El futuro del fútbol en Tercera Federación
La muerte de Raúl Ramírez ha sido un trágico recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad en el deporte. Es un momento crítico para el fútbol de Tercera Federación, donde la falta de recursos médicos no solo pone en riesgo a los jugadores, sino que también afecta la integridad del deporte en su conjunto. La comunidad futbolística debe unirse para exigir cambios y garantizar que situaciones como esta no se repitan en el futuro.
La implementación de medidas de seguridad adecuadas no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión en la vida y la salud de los futbolistas. La protección de los jugadores debe ser una prioridad, y es hora de que las autoridades tomen cartas en el asunto para asegurar que todos los futbolistas, independientemente de la categoría en la que jueguen, tengan acceso a la atención médica necesaria en caso de emergencia. Solo así se podrá construir un fútbol más seguro y responsable para todos.