En el corazón de Cantabria, entre los valles del Miera y del Asón, se alza uno de los puertos de montaña más emblemáticos de la región: el Puerto de Alisas. Con una altitud de 674 metros y una belleza paisajística que corta la respiración, este paso natural no solo conecta municipios como Riotuerto, Ruesga y Arredondo, sino que también representa un lugar de culto para ciclistas, excursionistas y motoristas que buscan un desafío entre la niebla y la roca caliza.
### Un Enclave entre Dos Mundos Naturales
La carretera autonómica CA-261, que asciende serpenteante hasta su cima, une las localidades de La Cavada y Arredondo, dos polos que simbolizan el tránsito entre el valle atlántico y la montaña caliza del interior cántabro. Esta vía, estrecha y sinuosa, ha sido testigo de siglos de historia, comercio y tránsito rural, aunque hoy en día es más frecuentada por amantes de la naturaleza y el deporte de aventura.
Desde el alto de Alisas, en los días despejados, se puede divisar la bahía de Santander, el valle de Ruesga e incluso, en el horizonte, los perfiles nevados de los Picos de Europa. Esta panorámica, casi mística, se convierte en un regalo para aquellos que superan el esfuerzo físico que supone alcanzar su cima.
El nombre “Alisas” proviene, muy probablemente, de la antigua presencia de bosques de alisos, árboles que antaño cubrían sus laderas y que fueron talados para abastecer de madera a los hornos de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada. Hoy, en su lugar, predominan los pastizales ganaderos, aunque aún se conservan reductos de hayedos, robledales y avellanos, así como algunas plantaciones de eucalipto. El carácter kárstico del entorno —formado por la erosión del agua sobre la roca caliza— ha dado lugar a formaciones geológicas de gran interés, como el valle de Matienzo, considerado uno de los poljés habitados más importantes de Europa.
### Ciclismo, Motociclismo y Homenaje Permanente
Alisas es, ante todo, un símbolo del ciclismo cántabro. Las duras rampas de su vertiente norte —con curvas cerradas y un desnivel que no da tregua— han sido escenario de innumerables pruebas y entrenamientos. Por eso, en una de sus curvas se erige desde 2003 un monumento al ciclismo, como reconocimiento a quienes lo desafían cada día. También los motoristas encuentran aquí un espacio donde poner a prueba sus habilidades, aunque no sin riesgo. La combinación de curvas cerradas, tramos sombríos y cambios bruscos de pendiente obliga a una conducción extremadamente prudente.
El Puerto de Alisas no es solo un punto de paso: es una experiencia natural, física y espiritual, un mirador sobre el paisaje cántabro que, además, guarda la memoria de quienes lo transitaron antes. También, en ocasiones, se convierte en el escenario de trágicos accidentes, como el ocurrido recientemente en el que un joven de 20 años, vecino de Cicero, perdió la vida tras salirse de la vía con su motocicleta. Una pérdida que recuerda lo frágil que es la línea entre el disfrute y el peligro en lugares donde la montaña impone sus propias reglas.
La importancia del Puerto de Alisas trasciende su belleza natural y su atractivo para los deportistas. Este enclave se ha convertido en un símbolo de la cultura y la identidad cántabra, un lugar donde la comunidad se reúne para disfrutar de la naturaleza y rendir homenaje a los que han hecho de este puerto un lugar especial. Las fiestas locales, las competiciones deportivas y los eventos culturales que se celebran en sus alrededores son prueba de ello.
En este contexto, el Puerto de Alisas no solo es un destino turístico, sino también un espacio de convivencia y celebración de la vida al aire libre. Los visitantes pueden disfrutar de rutas de senderismo, ciclismo y motociclismo, así como de la gastronomía local en los restaurantes cercanos, que ofrecen platos típicos de la región.
La belleza del paisaje, la riqueza de la flora y fauna, y la historia que envuelve al Puerto de Alisas lo convierten en un lugar único en Cantabria. Para aquellos que buscan un escape de la rutina diaria, este puerto ofrece la oportunidad de reconectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad que solo un entorno natural puede proporcionar. Ya sea que se trate de un ciclista en busca de un nuevo desafío, un excursionista que desea explorar nuevos senderos o un motorista que busca la adrenalina de las curvas, el Puerto de Alisas tiene algo que ofrecer a todos.
En resumen, el Puerto de Alisas es un tesoro natural que representa la esencia de Cantabria. Su belleza, su historia y su importancia cultural lo convierten en un destino imprescindible para quienes visitan la región. Ya sea para disfrutar de un día de deportes al aire libre, para contemplar las impresionantes vistas o simplemente para respirar el aire fresco de la montaña, el Puerto de Alisas es un lugar que deja una huella imborrable en el corazón de quienes lo visitan.