Iberdrola ha anunciado un ambicioso plan de inversión que asciende a 58.000 millones de euros hasta el año 2028, con un enfoque claro en el desarrollo de redes eléctricas. Este cambio estratégico marca un giro significativo en la operativa de la compañía, que prioriza la infraestructura de transporte de energía sobre la generación eléctrica. La empresa ha identificado a Reino Unido y Estados Unidos como sus principales destinos de inversión, donde se destinará aproximadamente el 65% del total de la inversión. En contraste, las inversiones en España se limitan a un 15%, lo que ha generado preocupación sobre el futuro del sector energético en el país.
La presentación de este plan se llevó a cabo durante el ‘Capital Markets Day’ en Londres, donde Iberdrola expuso sus objetivos y expectativas a inversores y analistas. La compañía prevé generar un flujo de caja de 52.000 millones de euros hasta 2028, lo que permitirá repartir 20.000 millones en dividendos a sus accionistas. Este compromiso implica distribuir entre el 65% y el 75% de los beneficios anuales, fijando un dividendo mínimo de 0,64 euros por acción. Las proyecciones indican que las ganancias netas alcanzarán un récord de 7.600 millones de euros en 2028, lo que representa un incremento de 2.000 millones respecto al año anterior.
### Inversiones en Infraestructura de Redes Eléctricas
El plan de inversión de Iberdrola se centra en la modernización y expansión de las redes eléctricas, con 37.000 millones de euros destinados a estas infraestructuras. La empresa ha subrayado la importancia de las redes reguladas, que son fundamentales para garantizar un suministro eléctrico eficiente y sostenible. En este sentido, la normativa favorable en Reino Unido y Estados Unidos ha sido un factor clave para la decisión de concentrar la inversión en estos mercados. En Reino Unido, se destinarán 20.000 millones de euros, mientras que en Estados Unidos se invertirán 16.000 millones. Por otro lado, las inversiones en generación eléctrica se estiman en 21.000 millones de euros, distribuidas entre energía eólica marina, terrestre, almacenamiento y fotovoltaica.
La decisión de priorizar las redes eléctricas responde a un cambio en la dinámica del mercado energético global, donde la demanda de energía renovable y la necesidad de modernizar la infraestructura existente son cada vez más urgentes. Iberdrola ha señalado que este enfoque no solo contribuirá a la sostenibilidad del sistema energético, sino que también generará un impacto positivo en la economía, con la creación de 15.000 nuevos puestos de trabajo y compras a proveedores que alcanzarán los 65.000 millones de euros.
### Desafíos y Oportunidades en el Mercado Español
A pesar de la fuerte inversión en el extranjero, Iberdrola no ha dejado de lado el mercado español. Sin embargo, el contexto regulatorio en España plantea desafíos significativos. La compañía ha expresado su preocupación por la tasa de retribución propuesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que se sitúa en un 6,46%. Esta cifra ha sido considerada insuficiente por las eléctricas, que argumentan que una retribución más alta es necesaria para fomentar la inversión en redes de distribución.
El consejero delegado de Iberdrola, Pedro Azagra, ha indicado que la inversión estimada en España, que asciende a unos 4.000 millones de euros para las redes de distribución, podría verse afectada por las decisiones regulatorias. La incertidumbre en torno a la regulación podría llevar a una reducción de hasta 1.000 millones en las inversiones planeadas. Esto subraya la necesidad de un marco regulatorio que incentive la inversión en infraestructura eléctrica, especialmente en un momento en que la transición energética es una prioridad tanto a nivel nacional como europeo.
La situación en Estados Unidos también ha presentado desafíos, ya que el presidente ha ralentizado el avance de varios proyectos de energía eólica marina, afectando directamente a Iberdrola. Sin embargo, la compañía sigue confiando en que las políticas tarifarias recientemente aprobadas en Nueva York y Maine, junto con la normativa en Reino Unido, proporcionarán un entorno favorable para sus inversiones.
Iberdrola se enfrenta a un panorama complejo, donde la necesidad de modernizar la infraestructura eléctrica y la presión por cumplir con los objetivos de sostenibilidad se entrelazan con un entorno regulatorio que podría limitar su capacidad de inversión. A medida que la compañía avanza en su plan estratégico, será crucial que se establezcan condiciones que favorezcan la inversión en el sector energético, tanto en España como en el extranjero. La capacidad de Iberdrola para adaptarse a estos desafíos y aprovechar las oportunidades emergentes en el mercado global será determinante para su éxito en los próximos años.