La lucha contra el cáncer ha sido un desafío constante para la medicina moderna, y aunque tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia son ampliamente conocidos, la braquiterapia ha comenzado a ganar terreno como una opción eficaz. Esta técnica, que implica la administración de radiación directamente en o cerca del tumor, ha sido objeto de un innovador proyecto en Cantabria, donde un equipo de investigadores del Instituto de Física de Cantabria (IFCA) está desarrollando un nuevo tipo de sensor de radiación que promete mejorar la eficacia y seguridad de este tratamiento.
### La Braquiterapia y su Importancia en el Tratamiento del Cáncer
La braquiterapia es un método que se utiliza para tratar varios tipos de cáncer, incluyendo el de próstata, mama y cuello uterino. A diferencia de la radioterapia externa, que utiliza un haz de radiación dirigido desde fuera del cuerpo, la braquiterapia implica la colocación de fuentes radiactivas dentro o cerca del tumor. Esto permite que una dosis alta de radiación se administre directamente a las células cancerosas, minimizando el daño a los tejidos sanos circundantes.
A pesar de sus ventajas, la braquiterapia no está exenta de desafíos. Uno de los principales problemas es la precisión en la medición de la dosis de radiación que se aplica al paciente. Actualmente, los dispositivos utilizados para medir la radiación en estos tratamientos son costosos y, en algunos casos, menos precisos. Por ejemplo, los medidores de diamante, aunque son muy precisos, tienen un alto costo, mientras que los de silicio son más asequibles pero presentan limitaciones en cuanto a su durabilidad y precisión.
### Innovación en la Medición de Radiación: El Proyecto Sick Detectors
El equipo de investigación liderado por Diego Rosich, Alberto Arteche e Iván Vila ha identificado la necesidad de un sistema de dosimetría in vivo más eficiente y económico. Su propuesta se centra en el uso de carburo de silicio como material para el desarrollo de un nuevo sensor de radiación. Este material, que ha comenzado a ser utilizado en diversas aplicaciones en la industria semiconductora, se está explorando por su potencial en la mejora de la braquiterapia.
«Nuestro medidor será más preciso y barato, lo que podría permitir que este tratamiento llegue a países en vías de desarrollo», afirma Vila. La capacidad del carburo de silicio para soportar temperaturas más altas y su durabilidad son características que lo hacen ideal para su uso en entornos médicos, donde la precisión y la fiabilidad son cruciales.
El proyecto Sick Detectors, que comenzó a desarrollarse en 2023, se encuentra actualmente en fase experimental. Los investigadores están realizando pruebas con un cubo de agua que simula el cuerpo humano para verificar la precisión de las mediciones. Este enfoque experimental es fundamental para garantizar que el nuevo sensor cumpla con los estándares necesarios para su uso clínico.
Además, el equipo ha colaborado estrechamente con el servicio de radioterapia del Hospital Universitario de Marqués de Valdecilla y el Grupo de Detectores de Radiación del IMB-CNM, lo que ha permitido una integración efectiva de la investigación con aplicaciones prácticas en el tratamiento del cáncer.
### Perspectivas Futuras y Oportunidades de Emprendimiento
El potencial de este nuevo sensor de radiación no solo radica en su capacidad para mejorar la braquiterapia, sino también en su viabilidad económica. Al ser más asequible, se espera que este tipo de tecnología pueda ser implementada en hospitales de países en vías de desarrollo, donde el acceso a tratamientos avanzados contra el cáncer es limitado.
El proyecto ha sido reconocido por su innovación y contribución al campo de la oncología, recibiendo premios en los Premios UCem 2025 de la Universidad de Cantabria. Este reconocimiento no solo valida el trabajo del equipo, sino que también abre la puerta a la posibilidad de crear un ‘spin-off’ que gestione la producción y distribución de este nuevo instrumental.
«Estamos en una fase emocionante de nuestro proyecto, y las expectativas son altas. Creemos que este sensor puede revolucionar la forma en que se mide la radiación en tratamientos de braquiterapia», comenta Arteche. La creación de una empresa dedicada a este desarrollo podría facilitar la transferencia de tecnología desde el laboratorio hasta el entorno clínico, beneficiando a pacientes en todo el mundo.
### La Importancia de la Investigación en Física Médica
La investigación en física médica es un campo en constante evolución que busca aplicar principios físicos a la medicina. El IFCA tiene una larga trayectoria en este ámbito, habiendo participado en proyectos de gran envergadura, como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN. La experiencia acumulada por el equipo en física experimental de altas energías se traduce en un enfoque innovador para abordar problemas complejos en el tratamiento del cáncer.
La capacidad de desarrollar tecnologías que no están disponibles en el mercado es una de las características distintivas de este equipo. «No podemos simplemente comprar lo que necesitamos, tenemos que fabricarlo nosotros mismos, lo que puede ser un desafío, pero también es lo que hace que nuestro trabajo sea tan interesante y gratificante», explica Rosich.
La investigación en física médica no solo tiene el potencial de mejorar tratamientos existentes, sino que también puede abrir nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. La radiación, cuando se utiliza de manera controlada, puede ser una herramienta poderosa para combatir el cáncer, y el trabajo del equipo de Cantabria es un ejemplo de cómo la ciencia puede tener un impacto directo en la salud de las personas.
Con el avance de la tecnología y la investigación, el futuro de la braquiterapia y otros tratamientos oncológicos parece prometedor. La innovación en la medición de la radiación es solo un paso más en la búsqueda de soluciones efectivas para uno de los mayores desafíos de la medicina moderna.