La situación en Gaza se ha vuelto cada vez más crítica en medio de la intensificación de los bombardeos por parte de Israel. En un contexto de creciente violencia, el Ejército israelí ha implementado nuevas medidas para facilitar la evacuación de la población civil, mientras que los informes sobre el impacto humanitario son alarmantes. La reciente apertura de una segunda carretera para la evacuación ha generado un éxodo masivo, aunque las condiciones para los desplazados son cada vez más difíciles.
### La Nueva Ruta de Evacuación y el Éxodo Masivo
A partir de este miércoles, el Ejército israelí ha permitido a los residentes de la Ciudad de Gaza desplazarse hacia el sur a través de la carretera Salah al Din, que se extiende a lo largo de la Franja de Gaza. Esta medida se ha tomado en un intento de forzar a la población a evacuar mientras continúan los bombardeos sobre la capital del enclave. Según el Ejército, aproximadamente el 40% de los residentes de la Ciudad de Gaza ya han abandonado la urbe, dirigiéndose hacia la zona costera de Mawasi.
Sin embargo, la única ruta habilitada anteriormente, la carretera de Rashid, se ha visto colapsada por la gran cantidad de personas que intentan escapar. Miles de familias han sido vistas amontonadas en vehículos, con pertenencias a cuestas y enfrentando horas de espera para recorrer distancias mínimas. La saturación de los refugios en Mawasi ha llevado a muchos a regresar a la ciudad o a permanecer en sus hogares, a pesar del peligro inminente.
Las cifras sobre el éxodo de la población varían considerablemente. Mientras que el Ejército israelí estima que alrededor de 350,000 personas han abandonado Gaza desde mediados de agosto, la ONU reduce esta cifra a aproximadamente 150,000. Sin embargo, lo que es indiscutible es que cientos de miles de personas siguen atrapadas en la Ciudad de Gaza, bajo un fuego cada vez más intenso.
### Impacto Humanitario y Bombardeos en Infraestructura Civil
El impacto humanitario de la ofensiva israelí ha sido devastador. El Ministerio de Sanidad gazatí ha informado que el hospital Al Rantisi, el único centro pediátrico que aún funcionaba en la capital, fue bombardeado por drones israelíes, causando daños significativos y poniendo en riesgo la vida de 80 pacientes, incluidos niños en cuidados intensivos y recién nacidos. Este ataque es solo uno de los muchos que han afectado a la infraestructura civil en Gaza, donde las comunicaciones también se han visto gravemente interrumpidas. La red de internet y la telefonía han sido cortadas, dificultando el contacto con los residentes de la zona.
En los últimos días, el Ejército israelí ha afirmado haber atacado alrededor de 150 «objetivos terroristas», un término que utilizan para referirse tanto a infraestructuras militares como a viviendas de civiles que supuestamente están vinculadas a milicias. Entre los bombardeos más recientes se encuentra la demolición de varias torres residenciales en la capital, lo que ha exacerbado aún más la crisis humanitaria.
La situación ha llevado a una creciente condena internacional. Una comisión independiente de Naciones Unidas ha calificado la operación militar como un genocidio, sumándose a la voz de relatores de derechos humanos y de varios países que han expresado su preocupación por la escalada de violencia y el sufrimiento de la población civil.
La crisis en Gaza es un recordatorio de la complejidad del conflicto en la región y de las profundas implicaciones humanitarias que conlleva. A medida que la situación se deteriora, la comunidad internacional se enfrenta al desafío de encontrar soluciones efectivas que garanticen la protección de los civiles y la restauración de la paz en la región.