El consumo eléctrico es un indicador clave que refleja la actividad económica y social de una región. En el caso de Cantabria, los datos recientes revelan una notable reducción del 12,6% en su consumo eléctrico en los últimos cinco años, superando con creces la tendencia nacional, que se sitúa en un descenso del 5,61%. Este cambio significativo en el patrón de consumo energético en la comunidad autónoma se ha visto influenciado por diversos factores, incluyendo la eficiencia energética, la transformación del tejido industrial y un menor dinamismo económico.
### La Red Eléctrica y su Evolución en Cantabria
Según un estudio elaborado por Papernest, basado en datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), el consumo eléctrico en Cantabria ha pasado de 3.921.190 megavatios hora en 2019 a 3.425.860 megavatios hora en 2024. Este descenso se traduce en un consumo medio de 3.023 megavatios hora anuales por cliente industrial, en comparación con los 1.389,9 megavatios hora de media en el resto de España. Este dato pone de manifiesto la alta concentración del consumo eléctrico en el sector industrial cántabro, que representa el 65% de la demanda total de la región, en contraste con el 35% que representa a nivel nacional.
El número de puntos de suministro en Cantabria ha aumentado un 2,72% durante el mismo periodo, lo que sugiere un patrón de consumo más distribuido, a pesar de la caída en la demanda. Sin embargo, la red eléctrica de Cantabria sigue siendo un 23,97% más pequeña que la media nacional, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de la región para satisfacer futuras demandas energéticas.
### Factores que Influyen en el Consumo Eléctrico
El informe de Papernest destaca varios factores que han contribuido a la reducción del consumo eléctrico en Cantabria. En primer lugar, la eficiencia energética ha jugado un papel crucial. Las industrias y los hogares han adoptado prácticas más sostenibles y tecnologías que permiten un uso más eficiente de la energía. Además, la transformación del tejido industrial, con un enfoque en la sostenibilidad y la reducción de costos, ha llevado a muchas empresas a reevaluar sus necesidades energéticas.
Por otro lado, el menor dinamismo económico en la región también ha influido en la disminución del consumo. La actividad industrial ha experimentado cambios significativos, lo que ha llevado a una reducción en la demanda de electricidad. A pesar de estos desafíos, el aumento en el número de contratos de suministro eléctrico indica que la red se está expandiendo y adaptando a las nuevas realidades del mercado.
### Comparativa con el Contexto Nacional
A nivel nacional, el consumo eléctrico ha mostrado una tendencia a la baja, pero no tan pronunciada como en Cantabria. En la segunda mitad de 2019, la demanda eléctrica en Cantabria era un 14,7% inferior a la media nacional, y este diferencial se amplió a un 21,02% en 2024. Esto sugiere que Cantabria no solo ha reducido su consumo de manera más efectiva que el resto del país, sino que también ha logrado una mayor eficiencia en su uso de la energía.
El consumo medio por hogar en Cantabria en 2024 fue de 1,8 megavatios hora, en comparación con los 2,4 megavatios hora de media en España. En el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes), el consumo alcanzó los 31,6 megavatios por contrato, frente a los 39,3 megavatios de media nacional. Estos datos reflejan un patrón de consumo más moderado en Cantabria, lo que podría ser un indicativo de un enfoque más consciente hacia la sostenibilidad y la eficiencia energética.
### Desafíos para la Industria Cántabra
A pesar de los avances en la reducción del consumo eléctrico, la industria cántabra enfrenta desafíos significativos. Las fábricas electrointensivas en la región, como Ferroatlántica y Global Steel Wire, continúan pagando precios de electricidad que son considerablemente más altos que los de sus competidores en Francia y Alemania. En concreto, las fábricas en España pagan un 146% más por la electricidad que en Francia y un 46% más que en Alemania. Este costo elevado se debe a varios factores, incluyendo los servicios de ajuste del sistema que no se aplican en los países vecinos, lo que amplía la brecha competitiva.
El precio del megavatio por hora en España alcanzó los 60,99 euros, mientras que en Francia se sitúa en 23,05 euros. Esta diferencia de precios plantea un reto considerable para la competitividad de las industrias cántabras, que deben lidiar con costos operativos más altos que sus homólogos europeos. La situación se complica aún más por la dependencia de fuentes tradicionales de generación de energía, que han visto un aumento en los costos debido a la volatilidad del mercado energético.
### Perspectivas Futuras
La evolución del consumo eléctrico en Cantabria es un reflejo de los cambios en la actividad económica y la adopción de prácticas más sostenibles. A medida que la región continúa su camino hacia una mayor eficiencia energética, será crucial que se implementen políticas que apoyen a las industrias locales y que se busquen soluciones para reducir los costos de la electricidad. La expansión de la red eléctrica y el aumento en el número de contratos son pasos positivos, pero es fundamental que se mantenga un enfoque en la sostenibilidad y la competitividad a largo plazo.
En resumen, Cantabria ha logrado reducir su consumo eléctrico de manera significativa en los últimos cinco años, superando la tendencia nacional. Sin embargo, los desafíos que enfrenta la industria local en términos de costos de electricidad y competitividad requieren atención y acción para asegurar un futuro energético sostenible y próspero para la región.