Cantabria es una comunidad que no se mide por kilómetros, sino por emociones. En cada curva de sus caminos, en cada playa, en cada cumbre o desfiladero, la naturaleza se presenta con una fuerza serena pero desbordante. Esta región del norte de España es un lienzo pintado con tonos de verde intenso, azules profundos y grises calizos, donde el mar se abraza con la roca y el tiempo parece detenerse. A continuación, te presentamos siete paisajes naturales únicos, siete escenarios donde la tierra, el agua y el aire se dan la mano para crear un espectáculo que no se olvida. Son las siete maravillas naturales de Cantabria, un recorrido por lo más impresionante de su geografía.
**Costa Quebrada: el litoral donde la geología es arte**
A lo largo de más de 20 kilómetros entre Santander y Cuchía, se extiende uno de los paisajes costeros más impactantes del país: la Costa Quebrada. Aquí, el Cantábrico ruge contra acantilados afilados, arcos de roca, islotes solitarios y formaciones kársticas que parecen esculturas esculpidas por el mar. La playa de La Arnía es uno de sus enclaves más fotogénicos, con estratos verticales que cortan el horizonte. Hay más de diez itinerarios señalizados, perfectos para senderistas y ciclistas, además de visitas guiadas en verano que revelan los secretos de este futuro parque geológico.
**Parque Natural de Oyambre: dunas, marismas y horizonte abierto**
En la costa occidental, entre Comillas y San Vicente de la Barquera, se encuentra el Parque Natural de Oyambre, uno de los ecosistemas mejor conservados de la región. La Ría de la Rabia, también llamada río Oyambre, serpentea entre marismas, juncales, arenales y bosques de ribera, hasta fundirse con el mar en una de las playas más bellas del norte: la playa de Oyambre. Este entorno protegido, con carriles bici, miradores y senderos suaves, es un santuario para las aves migratorias y para quienes buscan calma y belleza auténtica.
**Bosque de secuoyas del Monte Cabezón: gigantes del silencio**
A las afueras de Cabezón de la Sal, 850 secuoyas sempervirens crecen en vertical, como columnas de un templo natural. Plantadas en los años 40 como parte de un proyecto forestal experimental, estas secuoyas alcanzan ya más de 40 metros de altura y troncos de hasta 2 metros de diámetro. Pese a su tamaño, son aún jóvenes: su especie puede vivir más de mil años. El bosque, declarado Monumento Natural en 2003, cuenta con senderos accesibles, miradores y zonas de descanso, ideales para una experiencia inmersiva entre árboles milenarios.
**Desfiladero de La Hermida: la garganta que atraviesa la roca**
Con sus 21 kilómetros de longitud, es el desfiladero más largo de España y uno de los más espectaculares. El río Deva ha excavado un pasillo angosto entre paredes de caliza de hasta 600 metros, creando un corredor natural entre montañas, pueblos y valles. Es un paraíso para amantes de la vía ferrata, la escalada y el senderismo. Las rutas de Urdón a Tresviso o la subida al mirador de Santa Catalina ofrecen vistas inigualables. Además, este paraje legendario esconde aguas termales y pinturas rupestres, envolviendo al viajero en un entorno salvaje y mágico.
**Parque Natural Saja-Besaya: el corazón verde de Cantabria**
Declarado en 1988, este parque natural se extiende por más de 24.000 hectáreas, abarcando bosques, valles fluviales y zonas de pasto de alta montaña. Los ríos Saja y Besaya modelan su paisaje, y la Reserva Nacional de Caza del Saja garantiza la conservación de su riqueza natural. Entre sus múltiples rutas, destacan la senda de los Puentes y el ascenso a la Fuente Clara, además de su núcleo rural más destacado: Bárcena Mayor, considerado uno de los pueblos más bonitos de España. Un lugar donde la tradición, la flora y la fauna conviven en equilibrio.
**Fuente Dé y Horcados Rojos: cumbres que tocan el cielo**
En el valle de Liébana, Fuente Dé es la puerta de entrada a los Picos de Europa. Su teleférico, que salva más de 750 metros de desnivel, ofrece una experiencia vertiginosa y panorámica. Desde la estación superior parte la ruta hacia el Collado de Horcados Rojos, con lagunas glaciares, roquedos espectaculares y vistas que cortan la respiración. Para senderistas experimentados, la subida a la Torre de Horcados Rojos permite alcanzar uno de los puntos más altos accesibles de la zona, con vistas sobre el Naranjo de Bulnes y los Jous glaciares.
**Collados del Asón: el secreto mejor guardado de la montaña oriental**
Ubicado en el municipio de Soba, el Parque Natural de los Collados del Asón guarda uno de los paisajes más desconocidos y sorprendentes de Cantabria. Karst en superficie e interior, con cuevas, dolinas, torcas, simas y lapiaces, conviven con el verdor de hayedos y robledales. Aquí nace el río Asón, en una cascada de más de 50 metros de altura, que da inicio a un recorrido lleno de puentes, molinos y rincones escondidos. Es también un destino de referencia para la espeleología europea, gracias a su compleja red subterránea.
**Un viaje natural que nunca termina**
Cantabria no necesita filtros ni escaparates. Lo que ofrece es auténtico, salvaje, sereno y profundo. Estas siete maravillas no son solo lugares que visitar, sino experiencias que vivir. Lugares donde la naturaleza habla en voz baja, donde el tiempo es relativo y donde cada paso puede convertirse en un recuerdo imborrable. Desde la costa a los picos, desde el susurro de las secuoyas hasta el estruendo del mar, Cantabria te espera con los brazos abiertos y el corazón verde. ¿Preparado para perderte en sus paisajes?