En el corazón de Cantabria, bajo la carretera que conecta Requejada con Cudón, se encuentra la Cueva de Cudón, un lugar que ha permanecido en el olvido durante casi un siglo. Este enclave arqueológico, que ha sido redescubierto recientemente, ofrece una visión única del arte prehistórico en Europa. A pesar de su importancia histórica y cultural, la cueva había sido eclipsada por otras más famosas como Altamira y El Soplao. Sin embargo, su reciente apertura al público ha despertado un renovado interés por su rica herencia.
### Un Viaje a Través del Tiempo: Historia de la Cueva de Cudón
La historia de la Cueva de Cudón se remonta a 1929, cuando fue descubierta por primera vez. Aunque algunos arqueólogos ya habían señalado su potencial a principios del siglo XX, no fue hasta su apertura inicial que se comenzaron a realizar excavaciones. Estas excavaciones revelaron un yacimiento arqueológico que abarca desde el Paleolítico Medio hasta la Edad Media, incluyendo restos de la época visigótica y materiales de la Segunda Edad del Hierro. Con más de 2 kilómetros de desarrollo, la cueva se divide en dos niveles: uno fósil y seco, de fácil acceso, y otro más profundo, que aún está recorrido por agua.
La geografía interna de la cueva, caracterizada por techos lisos y amplias salas bien ventiladas, proporciona un entorno ideal para la conservación de manifestaciones artísticas prehistóricas. Este aspecto es crucial, ya que la cueva alberga un conjunto de representaciones rupestres que la hacen única en su género. A diferencia de otras cuevas que presentan figuras animales, la Cueva de Cudón destaca por su aniconismo, es decir, la ausencia de representaciones figurativas. En su interior se han documentado más de 700 signos y grabados, la mayoría datados entre 30.000 y 24.000 años atrás, pertenecientes a las culturas Auriñaciense y Gravetiense.
### El Arte Aniconico: Un Enigma Prehistórico
Lo que realmente distingue a la Cueva de Cudón es su sorprendente colección de arte rupestre. En lugar de las típicas representaciones de animales, la cueva presenta manchas de color rojo, líneas paralelas, trazos sueltos y formas abstractas. Este enfoque aniconico ha sido interpretado como una forma de expresión artística que evita deliberadamente la representación de seres reconocibles, centrándose en lo simbólico y lo espiritual. Entre las pocas figuras reconocibles se encuentran un prótomo de caballo pintado en rojo, la cabeza de un ciervo grabado y una mano en negativo, que sugiere un simbolismo ritual.
El redescubrimiento de la cueva ha sido impulsado por una jornada de puertas abiertas celebrada el 12 de julio, que atrajo a más de 300 personas en menos de 24 horas. De estas, solo 60 pudieron acceder a la cueva, divididos en grupos guiados por expertos. Durante la visita, los asistentes pudieron explorar las zonas más profundas de la cueva, donde se concentran los paneles de pinturas. La experiencia fue enriquecedora, ya que el contraste entre el calor exterior y la frescura del interior de la cueva ofreció una conexión sensorial con el pasado.
El éxito de esta jornada ha llevado al Ayuntamiento de Miengo a considerar la posibilidad de organizar nuevas visitas en septiembre, antes de que las lluvias otoñales dificulten el acceso. Además, se está evaluando la inclusión de la Cueva de Cudón en rutas culturales permanentes dentro del patrimonio arqueológico de la región.
### Un Patrimonio por Descubrir
La Cueva de Cudón no es solo un espacio con arte rupestre; es un testimonio de la diversidad cultural y simbólica de los pueblos prehistóricos que habitaron la cornisa cantábrica. Su riqueza artística, su configuración natural y su excelente estado de conservación la convierten en un lugar único para entender cómo vivían y pensaban las comunidades que habitaron esta tierra hace más de 25.000 años. Sin embargo, a pesar de su valor, la cueva aún no forma parte de las principales rutas turísticas o científicas de Cantabria.
La falta de difusión y la escasa inversión institucional han mantenido a la Cueva de Cudón en la sombra. Sin embargo, el reciente impulso ciudadano y la divulgación de estudios actuales podrían cambiar su destino. Hoy, la cueva se perfila como un espacio de enorme potencial arqueológico y educativo, y como un lugar privilegiado para el estudio del arte simbólico más primitivo del ser humano. Este patrimonio no puede permanecer olvidado por más tiempo; merece el reconocimiento, la protección y la admiración que ya disfrutan otras cuevas de la región. La Cueva de Cudón, con su arte único y su historia fascinante, está lista para ser redescubierta y apreciada por las generaciones futuras.