La reciente decisión de la Junta de Andalucía de imponer una hora y media semanal de Religión en los colegios públicos para el alumnado de 3 a 6 años ha generado un intenso debate entre sindicatos, educadores y padres. Esta medida, que se aplicará en el próximo curso escolar, ha sido criticada por varios sectores que consideran que no responde a necesidades pedagógicas, sino a intereses ideológicos.
La normativa, comunicada a los centros educativos a través del sistema Séneca, ha sido recibida con descontento por parte de sindicatos como CGT, CCOO y Ustea. Estos grupos argumentan que la imposición de esta carga lectiva no solo socava la autonomía de los centros educativos, sino que también pone en riesgo la neutralidad ideológica que debe caracterizar a la educación pública. Según ellos, la decisión es un retroceso que podría afectar la convivencia democrática al introducir elementos confesionales en la educación infantil.
### La Resistencia de los Sindicatos Educativos
Los sindicatos han manifestado su rechazo a la medida, argumentando que se ha adoptado sin un proceso de consulta o debate previo. La Federación de Enseñanza de CCOO Andalucía ha calificado esta imposición como un «viaje al pasado», señalando que la educación infantil nunca había estado sujeta a este tipo de imposiciones confesionales. La falta de consenso y la ausencia de instrucciones formales han sido criticadas como una forma de gobernar autoritaria y opaca.
Ustea, por su parte, ha enfatizado que la laicidad en la educación no es solo una postura ideológica, sino un principio democrático fundamental. Este sindicato ha advertido que la nueva normativa podría alterar profundamente el paradigma educativo en Andalucía, que hasta ahora había mantenido la etapa de Infantil libre de imposiciones religiosas. La preocupación radica en que esta decisión podría ser un intento de garantizar las horas lectivas del profesorado de Religión, en un contexto donde las solicitudes para esta asignatura han disminuido.
### La Justificación de la Junta y sus Implicaciones
La Junta de Andalucía ha defendido su decisión al ampararse en una Orden Ministerial de 1993, que establece que el tiempo dedicado a la asignatura de Religión debe ser proporcional al de Primaria. Según la administración, la mayoría de los centros ya impartían este horario, y solo un 30% de ellos se vería obligado a ampliar la programación de Religión. Sin embargo, esta justificación ha sido cuestionada por los sindicatos, que consideran que la normativa no tiene un marco normativo sólido que la respalde.
La imposición de esta carga lectiva ha suscitado preocupaciones sobre el impacto que tendrá en la educación de los más pequeños. Los sindicatos advierten que la educación infantil debe centrarse en el desarrollo integral de los niños, promoviendo valores de convivencia y pensamiento crítico, en lugar de introducir elementos que puedan ser percibidos como adoctrinamiento religioso. La crítica se centra en que la educación pública no debe ser un espacio para la imposición de dogmas, sino un lugar donde se fomente el conocimiento y la diversidad de creencias.
La respuesta de los sindicatos ha sido clara: exigen la retirada inmediata de esta medida, argumentando que es arbitraria y que no respeta el carácter laico de la educación pública. La comunidad educativa ha sido convocada a mantenerse alerta ante lo que consideran un ataque a la escuela pública, que podría debilitar su carácter inclusivo y cuestionar su neutralidad ideológica.
En este contexto, la preocupación por la estabilidad laboral del profesorado también ha sido un tema recurrente. Los sindicatos han señalado que la Junta debería mostrar la misma preocupación por la estabilidad de todos los docentes, no solo de aquellos que imparten Religión. La falta de atención a las necesidades del profesorado en general ha sido criticada como un reflejo de prioridades equivocadas en la gestión educativa.
La controversia en torno a la nueva normativa sobre la enseñanza de la Religión en la educación infantil en Andalucía pone de manifiesto la tensión entre la educación laica y las influencias ideológicas en el sistema educativo. A medida que se acerca el inicio del nuevo curso escolar, la comunidad educativa se enfrenta a un reto significativo: encontrar un equilibrio entre el respeto a la diversidad de creencias y la necesidad de mantener un entorno educativo inclusivo y neutral.