El reciente asesinato del oficial retirado del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, ha conmocionado a la comunidad nicaragüense en el exilio y ha levantado serias preocupaciones sobre la seguridad de los opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Samcam, de 66 años y con nacionalidad española, fue acribillado a tiros en su condominio en un suburbio de San José, Costa Rica, lo que ha llevado a muchos a señalar que este acto violento tiene profundas implicaciones políticas.
El ataque ocurrió el jueves por la mañana, cuando dos hombres armados llegaron al condominio donde vivía Samcam. Según el jefe de la Policía Judicial, Randall Zúñiga, uno de los atacantes logró ingresar al edificio y, tras llamar a Samcam, le disparó en al menos ocho ocasiones. Este tipo de crimen, caracterizado por su brutalidad y la falta de vigilancia en el lugar, ha sido interpretado por activistas y analistas como un acto de venganza política, vinculado directamente a la represión ejercida por el régimen nicaragüense.
La escritora nicaragüense Gioconda Belli, quien también se encuentra en el exilio, describió el asesinato como un acto de cobardía y un claro indicio de la persecución que sufren los opositores al gobierno de Ortega. Por su parte, el exembajador nicaragüense Arturo McFields, también en el exilio, calificó el crimen como un acto de venganza política que refleja la naturaleza represiva del régimen.
Desde 2018, tras las masivas protestas contra Ortega, que resultaron en la muerte de más de 300 personas según informes de la ONU, muchos nicaragüenses han buscado refugio en otros países, incluyendo Costa Rica. Sin embargo, la violencia y la persecución no han cesado, lo que ha llevado a organizaciones como la Concertación Democrática Nicaragüense (CDN) a condenar el asesinato de Samcam y a responsabilizar al régimen de Managua por este crimen.
La CDN ha hecho un llamado a las autoridades costarricenses para que investiguen a fondo el asesinato y se responsabilice a los autores intelectuales detrás del ataque. Además, han instado a la comunidad internacional a tomar medidas para proteger a los nicaragüenses en el exilio y a considerar la posibilidad de llevar a los responsables ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad.
### Contexto Político en Nicaragua
El contexto en el que se produce el asesinato de Samcam es crucial para entender la gravedad de la situación. Daniel Ortega, quien ha gobernado Nicaragua en dos períodos, primero de 1985 a 1990 y luego desde 2007 hasta la actualidad, ha sido acusado de convertirse en un autócrata. Su gobierno ha sido criticado por eliminar la tolerancia política, restringir las libertades civiles y concentrar el poder en sus manos y las de su esposa, Rosario Murillo, quien fue nombrada copresidenta en una reciente reforma constitucional.
Desde las protestas de 2018, que el régimen calificó de intentos de golpe de Estado, miles de nicaragüenses han sido forzados a huir del país. La represión ha sido brutal, con informes de torturas, detenciones arbitrarias y asesinatos de opositores. Este clima de miedo ha llevado a muchos a cuestionar su seguridad incluso en países donde han buscado asilo, como Costa Rica.
El asesinato de Samcam no es un caso aislado; es parte de un patrón más amplio de violencia y represión que ha caracterizado al régimen de Ortega. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Nicaragua, pero las acciones concretas para abordar estos crímenes han sido limitadas. La falta de respuesta efectiva ha llevado a muchos a sentir que la justicia es inalcanzable y que la impunidad reina en el país.
### Reacciones y Demandas de Justicia
Las reacciones al asesinato de Samcam han sido contundentes. Activistas, políticos y ciudadanos han expresado su indignación y han exigido justicia. La CDN ha instado a las autoridades costarricenses a tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los nicaragüenses en su territorio y a investigar el crimen de manera exhaustiva.
Además, han hecho un llamado a la comunidad internacional para que se una en la lucha contra la impunidad y la violencia que enfrenta la oposición nicaragüense. La situación de los nicaragüenses en el exilio es precaria, y muchos temen que el asesinato de Samcam sea solo el comienzo de una serie de ataques dirigidos a silenciar a quienes se atreven a desafiar al régimen de Ortega.
El caso de Roberto Samcam es un recordatorio sombrío de los riesgos que enfrentan los opositores en Nicaragua y en el extranjero. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para proteger a quienes han sido forzados a huir de la represión y garantizar que se haga justicia por los crímenes cometidos.