En el corazón de Cantabria, específicamente en Arenas de Iguña, se encuentra un restaurante que está marcando un antes y un después en la gastronomía local. Casa Victoria, liderado por la talentosa chef Diana Hernández, ha logrado fusionar la rica tradición culinaria de la región con influencias de la cocina internacional, creando un espacio donde cada plato cuenta una historia única. Este establecimiento se ha convertido en un referente para los amantes de la buena comida, ofreciendo una experiencia que va más allá de lo meramente gastronómico.
La esencia de Casa Victoria radica en su capacidad para reinterpretar platos tradicionales de la cocina cántabra, como el cocido lebaniego, y presentarlos de una manera innovadora. La chef Hernández ha sabido captar la esencia de su tierra y transformarla en creaciones que sorprenden y deleitan a los comensales. En este restaurante, la cocina se convierte en un arte, donde cada ingrediente es seleccionado con esmero y cada receta es elaborada con pasión.
### Un Viaje a Través de los Sabores
Uno de los platos más emblemáticos de Casa Victoria son sus croquetas, que han alcanzado un estatus casi mítico entre los visitantes. Estas croquetas, elaboradas diariamente con una bechamel fina y sedosa, presentan una variedad de sabores que van desde el clásico gorgonzola con nueces hasta opciones más atrevidas como pollo al curry y cecina con boletus. Cada bocado es una explosión de sabor, y su rebozado crujiente se deshace en la boca, dejando a los comensales deseando más. Además, el restaurante se preocupa por la inclusión, ofreciendo versiones sin gluten y sin lactosa, lo que demuestra que la calidad y la atención al detalle son fundamentales en su filosofía culinaria.
Pero el verdadero fenómeno que ha catapultado a Casa Victoria a la fama es su ramen lebaniego. Este plato es una reinterpretación del tradicional cocido lebaniego, donde se combinan fideos artesanales con un caldo de compango cocido a fuego lento. El ramen se completa con gyozas rellenas de chorizo y morcilla, huevo infusionado en soja y panceta marinada, todo servido en un cuenco humeante que une la tradición cántabra con la estética oriental. Este plato no solo es una delicia para el paladar, sino también una celebración de la cultura local, donde cada ingrediente rinde homenaje a la riqueza de Liébana.
### Un Espacio para la Innovación Gastronómica
La carta de Casa Victoria es breve pero impactante, lo que permite a los comensales disfrutar de una experiencia culinaria sin distracciones. Además de las croquetas y el ramen, el menú incluye platos sorprendentes como el frito de rabo de toro y la lasaña crujiente de mar, elaborada con cangrejo y esencia de marisco. Cada plato es una obra maestra que refleja la dedicación y el respeto por la cocina tradicional, al mismo tiempo que incorpora elementos de innovación.
Los postres también merecen una mención especial. La torrija caramelizada de sobao es un cierre perfecto para cualquier comida, con su textura jugosa y su dulzor equilibrado. Otros postres, como el crumble de sobao con crema de queso cántabro, dulce de leche y merengue crujiente, son ejemplos de cómo Casa Victoria no escatima en creatividad y calidad en ninguna parte de su menú.
Casa Victoria no es solo un restaurante; es un destino gastronómico que invita a los visitantes a explorar la riqueza de la cocina cántabra a través de un enfoque contemporáneo. La chef Diana Hernández ha logrado crear un espacio donde la tradición y la modernidad coexisten en perfecta armonía, ofreciendo a los comensales una experiencia que no solo satisface el paladar, sino que también alimenta el alma.
Para aquellos que buscan un lugar donde desconectar y disfrutar de una comida excepcional, Casa Victoria se presenta como una opción ineludible. Su ubicación en un entorno natural privilegiado, rodeado de montañas y paisajes idílicos, añade un valor adicional a la experiencia. Este restaurante es un ejemplo claro de que la gastronomía puede ser un vehículo para contar historias, conectar culturas y celebrar la diversidad de sabores que ofrece la tierra.
En un momento en que la cocina cántabra está viviendo un renacimiento, Casa Victoria se erige como un faro de innovación y autenticidad. Cada visita es una oportunidad para descubrir nuevos sabores y redescubrir los clásicos de la región, todo ello en un ambiente acogedor y lleno de encanto. Sin duda, este restaurante se ha ganado un lugar en el corazón de quienes valoran la buena comida y la creatividad en la cocina.