El tejido empresarial español se encuentra en medio de una de las transformaciones digitales más significativas de la última década. Con la aprobación del reglamento en marzo de 2025, que desarrolla tanto la Ley Crea y Crece como la Ley Antifraude, se establece una nueva hoja de ruta para las relaciones comerciales entre empresas. A partir de 2026, todas las operaciones B2B deberán realizarse con factura electrónica estructurada, lo que implica dejar atrás el uso del PDF convencional como única prueba válida. Este nuevo escenario legal obliga a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), a revisar sus procesos internos y prepararse para cumplir con requisitos que van más allá de la simple emisión digital de facturas.
### Nuevos Estándares y Desafíos para las PYMES
La implementación de la factura electrónica no es solo un cambio técnico, sino que representa un desafío integral para las empresas. La integridad documental, la trazabilidad automatizada, la conservación legal y la comunicación en tiempo real con la Agencia Tributaria son algunos de los nuevos estándares mínimos exigidos. Gaspar Palmer, CEO de OpenKM, destaca la magnitud del reto: “El nuevo marco legal es ambicioso y necesario, pero también exigente para las pymes”. En este sentido, no basta con tener un programa de facturación; se necesita una infraestructura tecnológica capaz de garantizar la integridad, trazabilidad, automatización y conservación legal de cada factura.
La transformación digital que se avecina no solo afecta a la tecnología, sino que también requiere un cambio de mentalidad en las empresas. La factura electrónica obligatoria implica que la documentación ya no es solo un archivo, sino un activo crítico que debe cumplir con estándares técnicos, legales y fiscales. Esto significa que las empresas deben adoptar un enfoque proactivo hacia la gestión documental, asegurándose de que todos los procesos estén alineados con las nuevas normativas.
### Interoperabilidad y Control Fiscal: Un Nuevo Marco Normativo
El reglamento que desarrolla la Ley Crea y Crece y la Ley Antifraude introduce requisitos técnicos inéditos para las operaciones B2B a partir de 2026. Uno de los cambios más significativos es la adopción del estándar europeo UBL (Universal Business Language), que sustituye al tradicional formato Facturae. Además, se eliminan las excepciones: todas las facturas voluntarias deberán generarse en formato electrónico estructurado. También se implementará obligatoriamente el sistema VeriFactu, que permite reportar en tiempo real a la Agencia Tributaria, incluso mediante formularios web.
Las nuevas exigencias sobre la conservación digital de facturas, conforme a la Disposición Adicional 21ª de la Ley 56/2007, son otro aspecto crucial. El objetivo es claro: mejorar el control de pagos, reducir la morosidad y combatir el fraude fiscal. Palmer enfatiza que esto implica que las empresas deben contar con soluciones robustas que cumplan tanto los requisitos técnicos como los legales de conservación a largo plazo. La digitalización de la facturación no solo es un cumplimiento normativo, sino que también se convierte en una herramienta esencial para la gestión eficiente de las finanzas empresariales.
### Oportunidades Estratégicas en la Era Digital
Frente a este vértigo normativo, las empresas no están solas. OpenKM se posiciona como un puente entre el sistema actual de las empresas y las exigencias legales, centralizando la documentación y asegurando que todo esté en regla. Esta transición puede convertirse en una ventaja competitiva. Las empresas que inviertan ahora en tecnología documental adecuada estarán mejor preparadas para afrontar futuros cambios regulatorios y ganar eficiencia operativa.
Con la factura electrónica como requisito obligatorio a la vuelta de la esquina, la digitalización ya no es una opción. Es, cada vez más, el terreno donde se juega la sostenibilidad, competitividad y transparencia del ecosistema empresarial. La capacidad de adaptarse a estos cambios no solo permitirá a las empresas cumplir con la normativa, sino que también les brindará la oportunidad de optimizar sus procesos internos y mejorar su relación con los clientes y proveedores.
La transformación digital es un viaje que requiere planificación, inversión y un compromiso continuo con la mejora. Las empresas que reconozcan la importancia de este cambio y actúen en consecuencia estarán en una mejor posición para prosperar en un entorno empresarial cada vez más competitivo y regulado. La factura electrónica no es solo un cambio en la forma de emitir facturas, sino una invitación a repensar cómo se gestionan los documentos y la información en la era digital.