Donald Trump ha lanzado una nueva propuesta al gobierno canadiense, sugiriendo que Canadá podría convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos a cambio de recibir gratuitamente su controvertido sistema de defensa conocido como la «Cúpula Dorada». En un mensaje a través de sus redes sociales, Trump afirmó que mantener la independencia tendría un costo de 61,000 millones de dólares para Canadá, mientras que unirse a Estados Unidos le costaría «cero dólares». Esta oferta ha generado reacciones mixtas en ambos lados de la frontera.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, quien asumió el cargo recientemente, respondió a la propuesta de Trump dejando claro que «Canadá no está en venta». Sin embargo, Carney mostró interés en el proyecto de la Cúpula Dorada, aunque también indicó que su gobierno está considerando otras alianzas en Europa en términos de defensa.
La Cúpula Dorada es un sistema de defensa antimisiles que se inspira en la Cúpula de Hierro de Israel, diseñada para proteger a su país de ataques externos. Según Trump, este sistema no solo interceptaría misiles balísticos intercontinentales (ICBM), sino que también sería capaz de neutralizar armas hipersónicas y otros dispositivos lanzados por potencias como China, Rusia y Corea del Norte. La propuesta incluye la combinación de tecnologías terrestres con interceptores que estarían desplegados en órbita baja terrestre.
Sin embargo, la viabilidad de la Cúpula Dorada ha sido cuestionada por expertos en defensa. Un informe de la Sociedad Americana de Física ha señalado que la efectividad de los sistemas actuales de defensa antimisiles de Estados Unidos es incierta, especialmente cuando se trata de interceptar un ICBM armado nuclearmente. Frederick Lamb, un físico de la Universidad de Illinois, ha expresado que la capacidad de cualquier sistema de defensa para interceptar de manera confiable estos misiles aún no ha sido demostrada.
Además, los analistas han puesto en duda el costo real del sistema propuesto por Trump, sugiriendo que podría ser mucho mayor de lo que se ha estimado. La propuesta de Trump se produce en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Canadá, especialmente en el ámbito comercial y de defensa. La administración Trump ha estado involucrada en una guerra arancelaria con varios países, incluyendo Canadá, lo que ha llevado a un deterioro en las relaciones bilaterales.
La oferta de Trump también se enmarca en un contexto más amplio de su política exterior, que ha sido caracterizada por un enfoque unilateral y una retórica agresiva. La idea de que un país soberano como Canadá podría integrarse a Estados Unidos a cambio de un sistema de defensa ha sido recibida con escepticismo tanto en Canadá como en Estados Unidos.
La propuesta ha suscitado debates sobre la soberanía nacional y la independencia de Canadá, así como sobre la efectividad de las políticas de defensa de Trump. Mientras tanto, el gobierno canadiense continúa explorando otras opciones de defensa y alianzas en el ámbito internacional, buscando mantener su autonomía en un mundo cada vez más complejo y desafiante.