El Comisario de Comercio y Seguridad Económica de la Unión Europea, Maroš Šefčovič, ha emitido una declaración clara tras una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Jamieson Greer. En este mensaje, la UE reafirmó su disposición a negociar, pero dejó en claro que no cederá ante las amenazas arancelarias lanzadas por el presidente Donald Trump. «La UE está plenamente comprometida con un acuerdo que beneficie a ambas partes. La Comisión de la UE sigue dispuesta a trabajar de buena fe. El comercio entre la UE y EE.UU. es inigualable y debe guiarse por el respeto mutuo, no por las amenazas. Estamos dispuestos a defender nuestros intereses», afirmó Šefčovič.
Las declaraciones de la UE se producen en un contexto de creciente tensión, después de que Trump anunciara la imposición de aranceles de hasta un 50% a productos europeos a partir del 1 de junio. El presidente justificó esta medida argumentando que resulta «muy difícil» tratar con Europa en materia comercial y acusó a la Unión de haberse aprovechado de Estados Unidos durante años, señalando que existe un gran déficit comercial entre ambas partes.
Trump, a través de su cuenta en Truth y posteriormente ante los medios, expresó su frustración con la relación comercial con Europa, afirmando que «se han aprovechado de nosotros». En sus declaraciones, también criticó el desequilibrio en el comercio automovilístico, mencionando marcas europeas como Mercedes y Audi, que exportan vehículos a Estados Unidos, mientras que las empresas automovilísticas estadounidenses enfrentan barreras para vender en Europa. «También sé cómo jugar a ese juego», aseguró el presidente, sugiriendo que las empresas europeas podrían evitar los aranceles si trasladan sus operaciones a territorio estadounidense.
Durante sus comentarios, Trump destacó que las compañías extranjeras que decidan construir plantas en Estados Unidos quedarían exentas de los aranceles propuestos. «Si vienen aquí, podemos hablar de un retraso», declaró, añadiendo que «no habrá aranceles, porque lo que harán es enviar sus empresas a Estados Unidos y construir su planta». Esta estrategia refleja su enfoque de priorizar la inversión nacional como herramienta de política comercial.
Además, Trump mencionó los recientes acuerdos alcanzados con Reino Unido y China como ejemplos de su capacidad para negociar términos favorables. Sin embargo, no escatimó en críticas hacia la Unión Europea, acusándola de intentar «aprovecharse» de Estados Unidos y advirtiendo que no permitirá que esto ocurra.
La escalada retórica entre EE.UU. y la UE subraya las tensiones crecientes en una relación comercial que históricamente ha sido vital para ambas economías. La UE ha manifestado su intención de continuar las negociaciones, pero también ha dejado claro que no se dejará intimidar por las amenazas de Trump. La situación actual plantea un escenario incierto para el comercio transatlántico, donde ambas partes deberán encontrar un terreno común para evitar una guerra comercial que podría tener repercusiones significativas en ambas economías.
La respuesta de la UE a las amenazas arancelarias de Trump será crucial en los próximos días. La Comisión Europea ha estado preparando una respuesta arancelaria ante EE.UU. por si no se llega a un acuerdo, lo que podría intensificar aún más las tensiones. La situación es un recordatorio de que las relaciones comerciales son complejas y están sujetas a cambios rápidos, especialmente en un clima político tan volátil como el actual.
Las declaraciones de ambos lados reflejan una lucha por el control y la influencia en el comercio global, donde cada parte busca proteger sus intereses económicos. La capacidad de la UE para negociar de manera efectiva y la disposición de EE.UU. para encontrar un acuerdo que no implique medidas punitivas serán factores determinantes en la evolución de esta situación. A medida que se acerca la fecha límite para la implementación de los aranceles, el mundo estará atento a cómo se desarrollan las negociaciones y qué impacto tendrán en el comercio internacional.