El enfrentamiento entre el Partido Popular (PP) y el Gobierno español se intensificó en la última sesión de control en el Congreso, donde el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, arremetió contra el presidente Pedro Sánchez. Feijóo acusó al Gobierno de liderar una «degradación democrática alarmante» y criticó lo que considera un «manual del populismo» que amenaza la democracia en España.
Durante su intervención, Feijóo enfatizó la necesidad de «oxigenar España de autoritarismo, mentiras y corrupción», presentando al PP como una alternativa sólida frente a lo que él describe como un Gobierno obsesionado con el control. En su discurso, instó a los ciudadanos a desconfiar de discursos que prometen prosperidad sin respetar principios fundamentales como el Estado de derecho y la separación de poderes.
Sánchez, por su parte, no tardó en responder a las acusaciones de Feijóo. En su defensa, recordó los logros económicos de España, citando la revisión al alza de las previsiones de crecimiento por parte de la Comisión Europea y el aumento significativo de las rentas de los españoles, según datos de la OCDE. «Todos los días inventan una crisis, llevan siete años con la misma estrategia y el mismo resultado: ustedes dedicados a la casquería, nosotros construyendo el futuro de España», afirmó Sánchez.
El tono de la sesión se tornó personal cuando Sánchez criticó a Feijóo por su gestión en Galicia, recordando los «recortes neoliberales» que, según él, dejaron secuelas en la sociedad. Además, acusó a las comunidades autónomas gobernadas por el PP de obstaculizar avances clave, como la aplicación de la Ley de Vivienda, lo que profundiza las desigualdades sociales.
En un momento particularmente tenso, Sánchez se refirió a Feijóo como alguien que se había puesto al frente del PP para «tapar la corrupción de la Sra. Ayuso» y le lanzó críticas sobre su supuesta relación con casos de corrupción. «Lo dice una persona que fue puesto al frente del PP para tapar los escándalos de Ayuso», declaró Sánchez, quien también cuestionó la moralidad de Feijóo al hacer comentarios sobre temas sensibles como Franco y la situación en Gaza.
Feijóo, en respuesta a las críticas sobre la falta de apoyo al sector agrario y pesquero ante los nuevos aranceles internacionales, recordó la reciente aprobación de un Real Decreto Ley destinado a proteger estos sectores. Sin embargo, lamentó que tanto el PP como la ultraderecha votaran en contra de esta medida, lo que calificó como ir «siempre en contra de España».
En un foro posterior, Feijóo continuó su ataque, presentando al PP como la solución a los problemas que él atribuye al actual Gobierno. Subrayó la importancia de defender una España donde no existan «ciudadanos de primera y de segunda», en clara alusión a las políticas del Ejecutivo. Afirmó que el proyecto surgido del 21º Congreso Nacional del PP será el reflejo de la España futura, «que no se parecerá en nada al manual populista, sino a su reverso».
Feijóo también advirtió sobre los peligros de los discursos que prometen soluciones fáciles sin respetar las bases de la democracia liberal, afirmando que «los atajos a la democracia solo llevan al camino del autoritarismo». Esta declaración fue un claro mensaje tanto al Gobierno como a sus propios seguidores, enfatizando la necesidad de una oposición firme y responsable.
La sesión de control al Gobierno se convirtió, una vez más, en un escenario de confrontación política, donde las acusaciones y los ataques personales dominaron el debate. La dinámica entre Sánchez y Feijóo refleja la polarización actual en la política española, donde cada partido busca consolidar su posición ante un electorado cada vez más dividido.