Un ataque aéreo llevado a cabo por el Ejército israelí en la noche del sábado ha dejado un saldo devastador en Gaza, con al menos 34 muertos y más de 120 heridos. El bombardeo se centró en un campo de desplazados en la zona de Mawasi, al sur de Gaza, donde cientos de miles de personas se habían refugiado tras la escalada del conflicto. Este ataque se produce en un contexto de creciente violencia y tensiones en la región, coincidiendo con la celebración de Eurovisión, donde España casi logró la victoria.
Las autoridades sanitarias palestinas han confirmado que la mayoría de las víctimas son civiles, incluidos numerosos niños. El ataque se produjo en áreas cercanas al hospital Kuwatí, que también sufrió daños significativos, lo que ha llevado a la suspensión temporal de sus servicios quirúrgicos. La Defensa Civil palestina ha reportado que 33 de los fallecidos fueron víctimas de incursiones violentas en diferentes partes del enclave, lo que resalta la gravedad de la situación humanitaria en Gaza.
El bombardeo ha sido calificado por Hamás como un «nuevo crimen brutal» y ha generado condenas internacionales. En un comunicado, el grupo armado ha responsabilizado a la administración estadounidense por su apoyo a las acciones militares de Israel, exigiendo el cese de la guerra y la entrada de ayuda humanitaria como condiciones para avanzar en las negociaciones.
La escalada de violencia en Gaza ha sido alarmante, con más de 80 palestinos muertos solo el sábado, y un total de más de 300 en las últimas 72 horas. Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre, se estima que más de 53,000 personas han perdido la vida, la mayoría de ellas mujeres y niños. Las cifras diarias de víctimas muestran un incremento preocupante: el viernes se reportaron 109 muertes, el jueves 114, y el miércoles más de 70.
Mientras tanto, la situación en el sur del Líbano también se ha deteriorado, con un ataque con drones que violó el alto el fuego vigente desde noviembre, resultando en la muerte de una persona. Este incidente añade más tensión a una región ya marcada por enfrentamientos esporádicos.
En medio de esta crisis, mediadores de Egipto y Qatar, respaldados por Estados Unidos, han iniciado una nueva ronda de negociaciones indirectas entre Israel y Hamás en Doha. Sin embargo, hasta el momento no se han registrado avances significativos. Un representante de Hamás ha reiterado la insistencia del grupo en el fin de la guerra, el intercambio de prisioneros y garantías sólidas para la entrada de ayuda humanitaria.
La comunidad internacional observa con preocupación la situación en Gaza, donde la población civil continúa sufriendo las consecuencias de un conflicto que parece no tener fin. Las imágenes de la devastación y el sufrimiento humano han generado un llamado a la acción, mientras que las negociaciones para alcanzar un alto el fuego siguen estancadas. La urgencia de una solución pacífica es más evidente que nunca, pero los caminos hacia la paz parecen estar llenos de obstáculos.