Cada 17 de mayo, el mundo conmemora el Día Mundial del Reciclaje, una fecha que invita a la reflexión sobre la gestión de residuos y la corresponsabilidad en su tratamiento. Establecida oficialmente por la UNESCO en 2005, esta jornada busca promover una mayor conciencia global sobre la importancia del reciclaje como un pilar esencial para construir un futuro más sostenible. En un contexto donde la generación de residuos se ha convertido en uno de los desafíos ambientales más críticos, es fundamental entender que el reciclaje no es solo un gesto simbólico, sino una necesidad urgente para avanzar hacia un modelo de economía circular.
La gestión de residuos en Europa enfrenta un crecimiento sostenido, lo que evidencia un modelo económico aún dependiente del consumo de recursos vírgenes. Este escenario plantea la pregunta: ¿qué papel desempeñamos en la gestión de los residuos que generamos? La respuesta no recae en un único protagonista; la responsabilidad es compartida. Desde los fabricantes hasta los consumidores, cada eslabón de la cadena de reciclaje debe funcionar de manera coordinada. La corresponsabilidad se convierte en un principio clave, donde la administración pública, la ciudadanía, las empresas y los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAPs) deben asumir su compromiso de forma conjunta.
**El Rol de las Administraciones Públicas en el Reciclaje**
Las administraciones públicas, especialmente las entidades locales, juegan un papel crucial en el correcto funcionamiento del sistema de reciclaje. A través de ordenanzas municipales, pueden establecer la obligación de separar correctamente los residuos en origen, regular la recogida selectiva y aplicar sanciones en caso de incumplimiento. Sin embargo, muchos municipios aún no han actualizado sus normativas para adaptarse a los requisitos de la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Esta falta de actualización limita la efectividad de las herramientas disponibles para impulsar el reciclaje.
En Cantabria, por ejemplo, la generación de residuos municipales por habitante fue de 751 kg anuales en 2021, con una tasa de reciclaje del 44%. Aunque esta cifra supera la media nacional del 36,7%, aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el 55% exigido por la Unión Europea para 2025, y el 65% fijado para 2035. Además, uno de los objetivos europeos es que, para 2035, no más del 10% de los residuos municipales acaben en vertedero. Actualmente, en Cantabria, esta cifra ronda el 35%, lo que pone de manifiesto la necesidad de seguir impulsando medidas estructurales que refuercen la prevención, la recogida selectiva y la valorización de residuos.
Para avanzar hacia estos objetivos, es prioritario aprobar el nuevo Plan de Gestión de Residuos de Cantabria 2024-2030, que definirá acciones, metas y recursos necesarios para cumplir con las exigencias nacionales y europeas. Este documento será clave para establecer un marco claro que permita a las administraciones locales implementar estrategias efectivas en la gestión de residuos.
**Desafíos y Oportunidades en la Gestión de Residuos**
Uno de los flujos más relevantes y aún pendientes de consolidar en Cantabria es el de los biorresiduos, que representan aproximadamente el 40% del total de residuos municipales. Aunque su recogida separada será obligatoria a partir de 2024, el contenedor marrón sigue siendo un gran desconocido para muchas familias cántabras. Esto resalta la necesidad de reforzar tanto la implantación de este sistema como las campañas de sensibilización que lo acompañen.
El nuevo marco legislativo también establece que los municipios deben contar con una recogida separada de residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y residuos voluminosos, como muebles y enseres. Esta obligación representa un reto significativo para los servicios municipales, que deberán realizar cambios importantes en la gestión de residuos. Sin embargo, también ofrece una oportunidad para modernizar el sistema y avanzar hacia una economía más circular.
El compromiso con el reciclaje no puede limitarse a una sola fecha en el calendario. Debe ser parte de nuestra rutina diaria. Los recursos que necesitamos para construir un futuro sostenible nacen de lo que reciclamos hoy. Por lo tanto, es esencial que cada ciudadano asuma su papel en esta cadena, separando adecuadamente los residuos y contribuyendo a un sistema que permita transformar desechos en nuevos recursos. La gestión responsable de los residuos es un compromiso que debemos asumir todos, y el reciclaje es la clave para lograrlo.