El conflicto entre Israel y Gaza ha escalado nuevamente, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunciando que el ejército israelí llevará a cabo una ofensiva a gran escala en la Franja de Gaza en los próximos días. Esta declaración se produce tras una serie de bombardeos que han reanudado las hostilidades en la región, marcando un retorno a la violencia después de un breve periodo de tregua.
La situación en Gaza se ha vuelto crítica, con informes que indican que el ejército israelí ha comenzado a bombardear nuevamente la zona, lo que ha resultado en la muerte de varios civiles, incluyendo a un periodista, según fuentes de Hamas. Esta reanudación de los ataques sigue a un periodo de calma que se había logrado tras la liberación de Edan Alexander, un rehén israelí-estadounidense, lo que había generado esperanzas de un posible alto el fuego.
Desde el 18 de marzo, Israel ha intensificado su ofensiva en Gaza, apoderándose de grandes áreas del territorio palestino. El 5 de mayo, el gobierno israelí anunció un plan para «conquistar» Gaza, lo que ha llevado a un asedio que afecta a aproximadamente 2,4 millones de habitantes, de los cuales más de medio millón sufren de hambre severa. La situación humanitaria es alarmante, con la entrada de ayuda humanitaria bloqueada desde el 2 de marzo.
En un discurso dirigido a reservistas del ejército, Netanyahu enfatizó que la operación que se avecina será de gran magnitud. «Entraremos con toda nuestra fuerza para desmantelar a Hamas», afirmó, subrayando que la liberación de los rehenes y la eliminación de Hamas son objetivos interrelacionados. Netanyahu también insinuó que podría considerarse un alto el fuego temporal para facilitar la entrega de rehenes, aunque dejó claro que no habrá una pausa en las operaciones militares.
La oficina de Netanyahu confirmó sus declaraciones, indicando que el primer ministro está decidido a llevar a cabo una ofensiva decisiva en Gaza. «No habrá ninguna situación en la que podamos detener la guerra», reiteró, lo que sugiere que las hostilidades continuarán sin tregua.
Además, Netanyahu ha propuesto que los civiles gazatíes puedan «salir» de la Franja, aunque esto dependería de la disposición de otros países para acoger a los desplazados. Actualmente, de las 251 personas secuestradas durante el ataque de Hamas, 57 siguen en Gaza, y se ha informado que 34 de ellas han sido declaradas muertas por el ejército israelí.
Las represalias israelíes han resultado en un alto número de víctimas, con cifras que superan las 52,862 muertes en Gaza, la mayoría de ellas civiles, según el Ministerio de Salud de Hamas, cuyas estadísticas son consideradas fiables por la ONU. Esta situación ha generado una creciente preocupación internacional sobre el impacto humanitario del conflicto y la necesidad de una solución pacífica.
A medida que la tensión aumenta, la comunidad internacional observa con atención los acontecimientos en Gaza, esperando que se logre un cese al fuego que permita la entrada de ayuda humanitaria y la protección de los civiles atrapados en medio del conflicto. Sin embargo, las declaraciones de Netanyahu sugieren que la escalada de violencia podría continuar en el corto plazo, lo que plantea serias dudas sobre el futuro de la región y la posibilidad de un acuerdo duradero entre las partes involucradas.