El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado la controvertida decisión de destituir a Carla D. Hayden, quien se desempeñaba como directora de la Biblioteca del Congreso. Este cese ha generado un amplio debate, dado que Hayden fue la primera mujer y la primera persona afroamericana en ocupar este cargo desde su creación en 1800. Su nombramiento en 2016 fue considerado un hito en la historia de la institución, que es una de las bibliotecas más grandes y antiguas del mundo.
La noticia del despido fue confirmada por un portavoz de la Biblioteca del Congreso, quien indicó que la orden provenía de la Oficina de Personal de la Casa Blanca. Este movimiento ha sido interpretado por muchos como parte de una serie de acciones de Trump dirigidas a reestructurar instituciones culturales y educativas en Estados Unidos.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, justificó la decisión alegando que había «cosas bastante preocupantes» relacionadas con las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) que Hayden había implementado. Leavitt también acusó a Hayden de haber colocado libros inapropiados para niños, aunque no presentó pruebas que respaldaran esta afirmación. Esta falta de evidencia ha llevado a críticos a calificar la decisión como un ataque a la libertad de expresión y a la cultura.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, ha calificado el despido como «una vergüenza» y lo ha atribuido a un esfuerzo más amplio de Trump por censurar el contenido cultural e histórico. En un comunicado, Jeffries describió a Hayden como una profesional «competente, íntegra y distinguida», y criticó duramente la decisión del gobierno.
Desde su regreso al poder en enero, Trump ha mostrado un interés notable en intervenir en instituciones culturales financiadas por el Estado. En febrero, su administración despidió a Deborah F. Rutter, directora del Centro Kennedy, y asumió personalmente la presidencia de su Junta Directiva, reemplazando a sus miembros con aliados cercanos. En abril, también removió a los integrantes del patronato del Museo del Holocausto designados por la administración de Joe Biden, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la independencia de estas instituciones.
Además, Trump ha cortado subvenciones a la Universidad de Harvard debido a discrepancias con su dirección sobre el tratamiento de la causa palestina. Durante sus primeros 100 días en el cargo, firmó una orden ejecutiva destinada a «restaurar la verdad y la sensatez en la historia americana», que se dirigía específicamente al Instituto Smithsonian, encargado de administrar los principales museos de Washington D.C.
El despido de Hayden ha sido recibido con indignación por parte de muchos sectores de la sociedad. Activistas y defensores de la cultura han expresado su preocupación por lo que consideran un patrón de ataques a instituciones culturales y educativas. La decisión ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión y la importancia de la diversidad en las instituciones públicas.
La Biblioteca del Congreso, que cuenta con una colección de más de 170 millones de objetos, ha sido un símbolo de la cultura y la historia estadounidense. La destitución de su directora no solo afecta a la institución, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la cultura en el país bajo la administración de Trump. La comunidad cultural está a la expectativa de cómo se desarrollarán los acontecimientos y qué implicaciones tendrá este despido en la política cultural de Estados Unidos.