En un giro inesperado para la historia reciente de la Iglesia Católica, un cardenal español ha emergido como un candidato serio para el papado en el actual cónclave. Este evento, que se desarrolla en el Vaticano, ha captado la atención de los medios y de los fieles, ya que por primera vez en siglos, un español tiene posibilidades reales de ser elegido Papa. Javier Martínez Brocal, corresponsal en Roma, ha destacado que este cónclave coloca a los candidatos españoles en una posición más favorable que en ocasiones anteriores.
Uno de los nombres que resuena con fuerza es el de Ángel Fernández Artime, un asturiano de 64 años, miembro de la orden salesiana. Considerado un «candidato sólido», su cercanía con el Papa Francisco, quien lo elevó al rango de cardenal en 2023, le otorga una ventaja significativa. Fernández Artime ha desarrollado una relación estrecha con Francisco desde sus años en Buenos Aires y actualmente ocupa el cargo de Pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Esta posición le proporciona una proyección global y una conexión profunda con el ámbito misionero y apostólico de la Iglesia.
Otro nombre que ha cobrado relevancia es el de Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, Marruecos, y originario de Almería. También salesiano, López Romero ha tenido una destacada trayectoria como misionero en Paraguay, lo que le ha permitido desarrollar habilidades para conectar con diversas culturas. Su perfil es considerado interesante por su experiencia internacional y su estilo pastoral sencillo, lo que podría atraer a los cardenales en busca de un líder que represente la diversidad de la Iglesia.
Sin embargo, los favoritos más «oficiales» para el papado siguen siendo los cardenales Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, y Luis Antonio Gokim Tagle, arzobispo de Manila. La prensa italiana ha informado sobre una reunión entre ambos tras la primera votación, donde Tagle ofreció retirarse de la carrera para evitar un choque entre bloques. Esta dinámica sugiere que los cardenales están buscando un consenso que podría beneficiar a un candidato menos conocido, como Fernández Artime o López Romero.
José Manuel Vidal, director de ‘Religión Digital’, ha señalado que Parolin es el favorito de los cardenales más tradicionalistas, mientras que la «amplia mayoría bergogliana», compuesta por los cardenales nombrados por Francisco, podría intentar buscar un candidato de consenso. En este contexto, han surgido nuevos nombres como Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, y Robert Prevost, un estadounidense con experiencia en la administración de la Iglesia.
El cónclave está compuesto por 133 cardenales electores, quienes tienen el derecho a votar y a ser elegidos como Papa. Aunque el Colegio cardenalicio cuenta con un total de 252 cardenales, solo estos 133 pueden participar en el proceso de elección. La dinámica de votación y las alianzas entre los cardenales serán cruciales para determinar quién será el próximo líder de la Iglesia Católica.
A medida que avanza el cónclave, la atención se centra en cómo se desarrollarán las votaciones y si los cardenales podrán llegar a un consenso antes de que se produzcan más fumatas negras, que indican la falta de acuerdo. La historia de la Iglesia está en juego, y la posibilidad de que un español asuma el papado podría marcar un cambio significativo en la dirección que tomará la Iglesia en el futuro.
Los fieles y observadores de todo el mundo siguen de cerca los acontecimientos en el Vaticano, esperando que la elección del nuevo Papa no solo represente una continuidad en la tradición católica, sino también una apertura hacia un liderazgo más inclusivo y diverso que refleje la realidad global de la Iglesia en el siglo XXI.