Cuando se menciona Peña Cabarga, muchos la asocian con su icónica silueta, coronada por antenas y un mirador que ofrece vistas espectaculares de la bahía de Santander. Sin embargo, lo que pocos conocen es que esta montaña esconde un pasado geológico fascinante que se remonta a más de 300 millones de años, cuando era parte de una cadena volcánica submarina. Este artículo explora la historia geológica de Peña Cabarga, su formación y la importancia de su patrimonio natural.
**Un Pasado Volcánico Desconocido**
Peña Cabarga no es solo un hermoso mirador; es un testimonio de la actividad volcánica que tuvo lugar en el pasado. Investigaciones realizadas por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Universidad de Cantabria han demostrado que las rocas que componen esta montaña incluyen materiales ígneos antiguos, como basaltos y ofitas, que se formaron en un entorno volcánico submarino durante el Paleozoico. Este descubrimiento ha sido respaldado por estudios mineralógicos y estratigráficos que se han llevado a cabo desde los años 80 hasta la actualidad.
A diferencia de los volcanes que conocemos hoy, como el Teide o el Etna, los volcanes del periodo Devónico-Carbonífero en el norte de Iberia estaban sumergidos bajo el mar. Sus erupciones no formaban conos visibles, sino que generaban coladas de lava que hoy se presentan como masas de roca alterada y deformada. En Peña Cabarga, estos materiales se pueden observar en ciertos cortes geológicos y en antiguas canteras, donde se encuentran rocas máficas que contienen piroxenos y feldespatos, así como minerales secundarios típicos de la alteración hidrotermal post-eruptiva.
**La Formación de Peña Cabarga**
La historia de Peña Cabarga se remonta a hace aproximadamente 350 millones de años, durante el Carbonífero inferior. En aquel entonces, la región que hoy conocemos como Cantabria estaba cubierta por un mar cálido y poco profundo, en el borde de un antiguo continente llamado Gondwana. Las placas tectónicas se movían y colisionaban, lo que provocaba la activación de fallas y fracturas submarinas. A través de estas grietas, el magma ascendía y, al entrar en contacto con el agua, generaba islas volcánicas y coladas basálticas.
Con el tiempo, los movimientos geológicos del ciclo Hercínico elevaron estas formaciones marinas, integrándolas en la Cordillera Cantábrica. Este proceso dejó las rocas fosilizadas e inclinadas, formando los anticlinales que hoy caracterizan a Peña Cabarga y su entorno. La montaña es también conocida por sus canteras de mineral de hierro, que han sido explotadas desde el siglo XIX. Este mineral se acumuló durante millones de años sobre las coladas volcánicas submarinas, favorecido por la actividad hidrotermal y la sedimentación de minerales ferruginosos.
La combinación de rocas sedimentarias, como calizas devónicas, capas de mineral de hierro y restos ígneos de coladas volcánicas, convierte a Peña Cabarga en un laboratorio natural extraordinario para los geólogos. Este entorno multiforme da lugar a paisajes contrastantes, que van desde canteras rojizas hasta bosques húmedos, y escarpes de roca negra donde aún se pueden observar estructuras y texturas basálticas.
**Un Patrimonio Geológico Ignorado**
A pesar de su valor geológico, el pasado volcánico de Peña Cabarga es prácticamente desconocido para el público en general. Las rutas turísticas y los miradores apenas mencionan la geología de la zona, y no existe señalización que explique el origen marino de las rocas ígneas. Algunos científicos han propuesto la creación de una ruta geológica interpretativa, similar a las que se han implementado en otras regiones volcánicas fósiles de Europa, para poner en valor este patrimonio natural único en Cantabria.
Hoy en día, Peña Cabarga es un lugar tranquilo, ideal para ciclistas y visitantes que buscan disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, bajo su superficie, se encuentra un volcán que ha estado dormido durante millones de años, un recordatorio de un tiempo en el que la lava y el magma dominaban el paisaje. Conocer esta historia no solo enriquece nuestra comprensión de Cantabria, sino que también nos invita a apreciar la región desde una perspectiva diferente, reconociendo su herencia geológica y su evolución a lo largo de los eones. El pasado volcánico de Peña Cabarga es un legado que merece ser explorado y valorado, no solo por su belleza natural, sino también por su rica historia geológica que sigue presente en cada roca y cada paisaje.