Este miércoles, 7 de mayo, los cardenales de la Iglesia Católica se reunirán en Roma para dar inicio al Cónclave que elegirá al próximo Papa tras el fallecimiento de Francisco. La primera votación está programada para la tarde del mismo día, aunque se anticipa que la fumata negra podría aparecer debido a la falta de consenso entre los purpurados. Desde el fallecimiento del Papa argentino, las apuestas se han centrado rápidamente en el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, quien es visto como un continuador de la línea reformista de Francisco. Sin embargo, las tendencias han cambiado en los últimos días.
El cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, ha emergido como el principal candidato para suceder a Francisco. Las casas de apuestas le otorgan un 27% de probabilidades de convertirse en el nuevo Papa, superando al 23% que mantiene Tagle. Parolin, de 70 años, es un político experimentado que ha desempeñado un papel clave en la diplomacia del Vaticano, incluyendo acuerdos significativos como el de China. Su perfil moderado y pragmático lo coloca en una posición intermedia entre el progresismo de Francisco y el conservadurismo de Benedicto XVI.
Sin embargo, su camino hacia el papado no está exento de desafíos. Históricamente, solo tres secretarios de Estado han llegado a ser Papa, lo que podría limitar sus posibilidades. Además, algunos analistas sugieren que Parolin podría no encajar en el perfil de un pastor cercano a los fieles, ya que su experiencia pastoral es limitada, habiendo sido vicepárroco durante solo dos años.
Entre los otros candidatos que han comenzado a ganar relevancia se encuentran el cardenal ghanés Peter Turkson y el italiano Matteo Zuppi, ambos con un 13% de probabilidades. La prensa italiana tiende a inflar las posibilidades de sus compatriotas, y en este caso, el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, también se considera un aspirante serio. A sus 60 años, Pizzaballa es visto como un candidato joven para los estándares papales y podría atraer el apoyo de aquellos que buscan un cambio generacional en el liderazgo de la Iglesia.
Fuera de Europa, las miradas se dirigen hacia Asia y África, donde la Iglesia Católica muestra un crecimiento notable. Luis Antonio Tagle sigue siendo un nombre destacado en las quinielas, reconocido por su capacidad para unificar diferentes facciones dentro del Colegio Cardenalicio. En África, aunque hay líderes influyentes, como el congoleño Fridolin Ambongo Besungu, su falta de reconocimiento en Roma podría dificultar sus aspiraciones.
El Cónclave no solo es un evento de gran importancia religiosa, sino que también refleja las tensiones internas dentro de la Iglesia. Algunos cardenales que han sido críticos con el legado de Francisco, como el estadounidense Raymond Leo Burke y el guineano Robert Sarah, son considerados menos viables debido a su oposición a las reformas del Papa argentino. Esto sugiere que el próximo Papa podría ser alguien que continúe en la línea de Francisco, aunque con un enfoque más moderado.
La expectativa en torno al Cónclave es palpable, y muchos observadores están atentos a cómo se desarrollarán las votaciones y qué dirección tomará la Iglesia Católica en los próximos años. La elección del nuevo Papa no solo afectará a la comunidad católica, sino que también tendrá repercusiones en el ámbito internacional, dado el papel de la Iglesia en cuestiones sociales, políticas y éticas a nivel global. A medida que se acerca la fecha del Cónclave, las especulaciones y las apuestas continúan, y el mundo espera con interés el resultado de esta histórica reunión.