En un acontecimiento sin precedentes en la política alemana, Friedrich Merz, líder del partido conservador CDU, no logró obtener la mayoría necesaria para ser investido como canciller en la primera votación del Bundestag. Este hecho marca un hito en la historia del país, ya que es la primera vez que un candidato no es elegido en la primera ronda de votaciones. Merz necesitaba alcanzar 316 votos, conocidos como «la mayoría del canciller», de un total de 630 escaños en la Cámara.
La situación se tornó aún más sorprendente dado que el mismo día de la votación, su partido había firmado un acuerdo de coalición con los socialdemócratas (SPD), lo que inicialmente le otorgaba un respaldo de 328 diputados. Sin embargo, en la votación secreta, Merz solo consiguió 310 apoyos, mientras que 307 diputados votaron en contra, y se registró un voto nulo y tres abstenciones.
La presidenta del Parlamento, al anunciar el resultado, expresó: «El diputado Friedrich Merz no ha obtenido la mayoría necesaria de al menos 316 votos. De conformidad con el apartado 2 del artículo 63 de la Ley Fundamental, no ha sido elegido canciller federal de la República Federal de Alemania. Suspendo la sesión». Este anuncio dejó a muchos diputados y observadores atónitos, marcando un día que será recordado en la historia política alemana.
El bloque conservador, que incluye a la CDU y al SPD, contaba con 328 escaños, lo que parecía suficiente para asegurar la elección de Merz. Sin embargo, la falta de apoyo en la votación revela divisiones internas y descontento entre los legisladores. El voto fue secreto, lo que significa que no se conocen los nombres de los diputados que se opusieron a Merz, lo que añade un aire de incertidumbre a la situación.
Ahora, según la normativa alemana, el Bundestag tiene un plazo de 14 días para elegir a Merz o a otro candidato a canciller. En caso de que no se logre una elección en la segunda votación, se convocará una tercera, donde el candidato podría ser investido con una mayoría simple. Sin embargo, los analistas políticos consideran poco probable que se realice una nueva votación tan pronto como este martes.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro político de Merz y la estabilidad del gobierno alemán. La CDU, bajo su liderazgo, ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, y este revés podría complicar aún más su posición en el Bundestag. La falta de apoyo en la votación podría ser un indicativo de la creciente insatisfacción entre los miembros del partido y sus aliados.
Este episodio también pone de relieve la complejidad de la política alemana, donde las coaliciones son esenciales para la gobernabilidad. La CDU y el SPD, a pesar de su acuerdo de coalición, deberán trabajar arduamente para consolidar su apoyo y evitar futuras crisis de liderazgo. La situación es un recordatorio de que, en la política, incluso los planes más sólidos pueden desmoronarse ante la presión de las dinámicas internas y las expectativas de los votantes.
La atención ahora se centra en cómo responderá Merz a este revés y qué estrategias implementará para recuperar la confianza de sus colegas y del electorado. La política alemana se encuentra en un momento crítico, y el desenlace de esta situación podría tener repercusiones significativas en el futuro del país y en la dirección de su gobierno.