El sector metalúrgico en Cantabria enfrenta un grave problema de absentismo laboral que ha escalado a niveles preocupantes. Este fenómeno, que se refiere a las ausencias de los trabajadores por incapacidad temporal, ya sea por enfermedad o accidente laboral, se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los directivos de la región. La patronal Pymetal, que representa a las pequeñas y medianas empresas del ámbito siderometalúrgico, ha alzado la voz en medio de un conflicto por el convenio colectivo, señalando que el absentismo está afectando gravemente la productividad del sector.
### Aumento del Absentismo: Datos Alarmantes
Recientemente, Pymetal ha difundido un estudio de la patronal nacional Confemetal que revela que cada trabajador del sector metal ha perdido un promedio de 30,8 horas al mes en 2024. Este dato es alarmante, ya que representa un 18,47% de las 166,6 horas mensuales que se pactan en el sector. Además, se ha registrado un incremento del 50% en las ausencias por enfermedad desde 2018, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación.
El estudio también destaca que las horas perdidas en la metalurgia, fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones, han aumentado más de un 30% en comparación con 2018. Esto significa que, en promedio, los trabajadores de este sector están perdiendo más de una de cada cinco horas pactadas. La situación es aún más crítica en otras ocupaciones relacionadas con la fabricación de material de transporte, donde las horas no trabajadas se han incrementado entre un 7% y un 30,6% dependiendo de la actividad específica.
La patronal ha señalado que este aumento del absentismo no es un fenómeno aislado, sino que se ha convertido en un problema estructural. El envejecimiento de la población activa, la gestión ineficiente de las bajas en el sistema de salud pública y el papel relegado de las mutuas como apoyo son factores que han contribuido a esta crisis. Lo que inicialmente se consideró un pico temporal, provocado por la pandemia, ha evolucionado hacia una tendencia preocupante que afecta la capacidad productiva del país.
### Impacto en la Productividad y la Gestión de Recursos
El impacto del absentismo en el sector metalúrgico es desigual y varía significativamente entre las diferentes ocupaciones. Según el informe de Confemetal, las horas no trabajadas por incapacidad temporal y bajas han aumentado a un ritmo superior al 50% desde 2018, lo que se traduce en cuatro horas más por empleado y mes. A esto se suman 42 minutos adicionales en concepto de ‘otros’ motivos, lo que agrava aún más la situación.
La comparativa entre las horas pactadas y las horas efectivamente trabajadas revela una tendencia preocupante. Mientras que las horas pactadas apenas han variado en los últimos años, la brecha con las horas realmente trabajadas ha aumentado en cuatro horas por trabajador y mes. Esto indica que, a pesar de que los acuerdos laborales se mantienen, la realidad en el terreno es muy diferente, lo que genera un desajuste que afecta la productividad de las empresas.
La situación se complica aún más por el hecho de que el convenio del metal se encuentra actualmente bloqueado, lo que ha llevado a la posibilidad de una huelga. Sin reuniones a la vista para resolver el conflicto, la incertidumbre se cierne sobre el sector, lo que podría agravar aún más el problema del absentismo. Las empresas se ven obligadas a buscar soluciones para gestionar este fenómeno, que no solo afecta a la productividad, sino también a la moral de los trabajadores y al clima laboral en general.
En este contexto, la colaboración entre la patronal, el Gobierno autonómico y entidades como Mutua Montañesa se vuelve crucial. La implementación de estrategias efectivas para gestionar el absentismo, así como la mejora de los recursos profesionales disponibles, son pasos necesarios para abordar esta crisis. La situación actual exige una respuesta coordinada que permita no solo mitigar el absentismo, sino también fomentar un entorno laboral más saludable y productivo.
El sector metalúrgico, vital para la economía de Cantabria, se enfrenta a un desafío que requiere atención inmediata. La gestión del absentismo no solo es una cuestión de productividad, sino también de bienestar laboral y sostenibilidad a largo plazo. Las empresas deben adaptarse a esta nueva realidad y trabajar en conjunto para encontrar soluciones que beneficien tanto a los trabajadores como a la industria en su conjunto.