La Basílica de Santa María la Mayor en Roma ha abierto sus puertas este domingo para recibir a miles de fieles que desean rendir homenaje a la tumba del Papa Francisco, quien fue enterrado en este emblemático lugar tras su funeral celebrado el sábado en la Plaza de San Pedro. La llegada de los visitantes marca un momento significativo para la comunidad católica y para aquellos que admiraron al pontífice durante su papado.
Las primeras imágenes de la tumba han sido divulgadas por el Vaticano, mostrando un sepulcro sencillo y elegante. La lápida, hecha de mármol de la región de Liguria, donde se originan los antepasados del Papa, presenta una única inscripción: «FRANCISCUS». Esta elección de diseño refleja el deseo del Papa Francisco de ser recordado con humildad y simplicidad, características que definieron su papado.
El deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor fue expresado por el Papa a lo largo de su vida. En su testamento, el pontífice dejó claro que el costo del sepulcro sería cubierto por un benefactor anónimo, lo que añade un toque de misterio a su última voluntad. La tumba se encuentra a nivel del suelo, sin adornos ostentosos, y está situada junto a la capilla ‘Salus Populi Romani’, un lugar que el Papa veneraba profundamente.
La ceremonia de su funeral, que atrajo a cientos de miles de personas, fue un evento conmovedor que destacó la conexión del Papa con el pueblo. Durante su papado, Francisco se ganó el apodo de «Papa del Pueblo», y su funeral fue un reflejo de esa cercanía. La presencia de dignatarios y líderes mundiales, así como de fieles de diversas partes del mundo, subrayó la influencia y el legado que dejó en la Iglesia Católica y más allá.
A medida que los fieles comienzan a visitar su tumba, se espera que la Basílica se convierta en un lugar de peregrinación, donde las personas puedan rendir homenaje a un líder espiritual que abogó por la paz, la justicia social y la compasión. La tumba del Papa Francisco no solo es un lugar de descanso, sino también un símbolo de su compromiso con los valores cristianos y su dedicación a servir a los demás.
La Basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos más antiguos y venerados de Roma, se convierte así en el último refugio de un Papa que dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia. La sencillez de su tumba, con su única inscripción en latín, invita a la reflexión sobre la vida y el legado del Papa Francisco, quien siempre promovió la idea de que la verdadera grandeza radica en la humildad y el servicio a los demás.
Desde hoy, 27 de abril, Domingo de la Divina Misericordia, los fieles pueden visitar la tumba del Santo Padre, un acto que simboliza la continuidad de su mensaje y su espíritu entre aquellos que lo veneran. La Basílica, con su rica historia y su significado espiritual, se convierte en un espacio donde la memoria del Papa Francisco perdurará, recordando a todos la importancia de la fe, la esperanza y el amor en la vida cotidiana.