Roma se encuentra en un estado de recogimiento y solemnidad tras el fallecimiento del Papa Francisco, quien dejó este mundo el 21 de abril a los 88 años. Su muerte, provocada por un ictus cerebral, ha conmovido a millones de fieles alrededor del mundo. La Basílica de San Pedro, epicentro del cristianismo, ha abierto sus puertas para recibir a los que desean rendir homenaje a un pontífice que, a lo largo de su vida, se destacó por su humildad y compromiso con los más necesitados.
La capilla ardiente, que se ha establecido en la Basílica, se ha convertido en un lugar de peregrinación para los fieles. Se espera que más de 200,000 personas pasen ante el ataúd del Papa durante los tres días de homenaje. El ataúd, sencillo y austero, refleja la esencia del Papa Francisco, quien siempre optó por la modestia en lugar de los fastos tradicionales. Vestido con una casulla roja y un rosario en sus manos, su cuerpo reposa frente a la tumba de San Pedro, un lugar de gran significado espiritual.
### Un Último Viaje Solemne
El traslado del cuerpo del Papa desde la Casa Santa Marta hasta la Basílica fue un evento cargado de simbolismo. A las 9:00 de la mañana, una procesión encabezada por cardenales y miembros del clero, escoltada por la Guardia Suiza, recorrió los 500 metros que separan ambos lugares. Las campanas repicaron y un coro entonó cánticos sagrados, mientras los fieles aplaudían en señal de respeto y admiración. El cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, presidió la ceremonia, agradeciendo los innumerables dones que el Papa Francisco ofreció a la comunidad cristiana.
Las medidas de seguridad en torno al Vaticano son excepcionales, con controles policiales y militares, patrullas a caballo y una logística que recuerda a los operativos desplegados en el funeral de Juan Pablo II. Más de 1,500 periodistas de todo el mundo han solicitado acreditación para cubrir este evento histórico, lo que resalta la magnitud del impacto del Papa Francisco en la sociedad contemporánea.
### Un Funeral que Marcará la Historia
El funeral del Papa Francisco está programado para el 26 de abril a las 10:00 horas en la Plaza de San Pedro. Se espera la asistencia de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, lo que subraya la relevancia del pontífice en el ámbito global. Tras la misa de exequias, su cuerpo será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado en una cripta sencilla, un deseo expreso del Papa. Este gesto es significativo, ya que será el primer Papa enterrado fuera del Vaticano desde 1903, lo que refleja su deseo de estar más cerca del pueblo.
Las reacciones de los fieles que han comenzado a desfilar ante el cuerpo del Papa son un testimonio del cariño y la admiración que su figura ha suscitado. Desde sacerdotes hasta jóvenes, todos coinciden en que Francisco era un miembro de la familia, un líder que rompió moldes y desafió tradiciones. Su legado, centrado en la compasión, la paz y la justicia, perdurará en la memoria colectiva de millones de personas.
El Papa Francisco, conocido por su cercanía a los más pobres y su lucha incansable por la justicia social, dejó una huella imborrable en la Iglesia y en el mundo. Su vida y su obra son un recordatorio de la importancia de la humildad y el servicio a los demás. A medida que el mundo se despide de este líder espiritual, su legado continúa inspirando a generaciones futuras a seguir su ejemplo de amor y compasión.