La reciente muerte del Papa Francisco ha marcado un hito en la historia de la Iglesia Católica, no solo por su legado como líder espiritual, sino también por las decisiones que ha tomado respecto a su funeral y lugar de descanso eterno. A lo largo de su pontificado, Francisco ha sido conocido por su enfoque en la humildad y la sencillez, y su último deseo no ha sido la excepción. En lugar de ser enterrado en la tradicional Basílica de San Pedro, ha optado por la Basílica de Santa María la Mayor, un gesto que refleja su profunda conexión espiritual con la Virgen María y su deseo de regresar a un lugar que ha sido fundamental en su vida.
### Un Funeral Sin Ostentación
El funeral de un Papa es tradicionalmente un evento solemne, lleno de rituales y protocolos que buscan honrar la figura del pontífice fallecido. Sin embargo, Francisco ha reformado este protocolo para despojarlo de cualquier elemento de ostentación innecesaria. Desde su elección como Papa, ha abogado por una Iglesia más cercana a la gente, más humilde y menos centrada en el poder. En este sentido, su funeral se llevará a cabo de acuerdo con las instrucciones que él mismo dejó establecidas, priorizando la sencillez y la espiritualidad sobre la pompa.
Una de las decisiones más significativas que ha tomado es la destrucción del Anillo del Pescador, un símbolo de la autoridad papal. Este gesto, realizado por el camarlengo, el cardenal Kevin Farrell, marca el inicio de un período de sede vacante y simboliza la ruptura con cualquier posible uso fraudulento del anillo. Además, a diferencia de sus predecesores, Francisco no será expuesto en un catafalco en la Basílica de San Pedro. En lugar de los tres féretros tradicionales, será depositado en un sencillo ataúd de madera, una elección que refleja su creencia de que «la muerte nos iguala a todos».
### La Elección de Santa María la Mayor
La decisión de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor es profundamente simbólica. Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha mantenido una relación especial con esta basílica, donde ha acudido a postrarse ante la imagen de la Salus Populi Romani, patrona de Roma. Este lugar no solo representa su devoción a la Virgen María, sino también su deseo de estar cerca de la Madre en su descanso eterno. En diciembre de 2024, anunció que ya estaba preparada la capilla donde sería enterrado, un acto que subraya la importancia de la espiritualidad en su vida y ministerio.
La elección de un lugar discreto, alejado de la ostentación de las tumbas imperiales, es un reflejo de su deseo de ser recordado no como un líder poderoso, sino como un pastor cercano a su rebaño. Francisco ha sido un Papa que ha buscado romper con las tradiciones que consideraba innecesarias, y su funeral será una continuación de esta visión. En lugar de un evento grandioso, se espera que su despedida sea un momento de reflexión y oración, donde los fieles puedan recordar su legado de humildad y servicio.
La decisión de Francisco de no ser enterrado en San Pedro, aunque pueda parecer una ruptura con la tradición, en realidad es un regreso a una práctica más auténtica y personal. A lo largo de la historia, muchos papas han elegido ser enterrados en templos con los que tenían vínculos personales, y Francisco ha optado por seguir esta tradición, reafirmando su conexión con la Virgen María y su deseo de ser un hombre de fe más que un símbolo de poder.
En su vida, Francisco ha promovido una Iglesia más inclusiva, permitiendo que las mujeres accedan a roles que antes estaban reservados a los hombres y abriendo las puertas a aquellos que viven en «situaciones irregulares». Su legado es uno de reforma y cercanía, y su funeral será una oportunidad para que el mundo recuerde no solo su vida, sino también su mensaje de amor y compasión.
La elección de su lugar de descanso no es solo un acto administrativo, sino un profundo gesto teológico. Francisco ha querido que su tumba sea un eco de su alma, un lugar donde su voz resuene en la oración y la devoción. En Santa María la Mayor, descansará el hombre que eligió ser más pastor que príncipe, más hermano que monarca, y su legado vivirá en aquellos que continúen su misión de amor y servicio a la humanidad.